La séptima temporada de la serie estelar de Fox estrenó este domingo con un cruel villano como el nuevo amo y Rick humillado ante él
El sadismo de Negan no tuvo límites. El nuevo villano de The Walking Dead terminó la temporada seis capturando al grupo de Rick, poniéndolos de rodillas y amenazando con matar a batazos a uno de ellos, pero esos minutos de rudeza no daban la mínima idea del psicópata asesino que sería este personaje.
Seis meses después, en la séptima temporada que Fox estrenó mundialmente este domingo, Negan (Jeffrey Dean Morgan) aparece como el tirano sangriento y amo de la serie, asesinando no a uno sino a dos coprotagonistas con “Lucille”, su bate, envuelto en alambre de púas, que por cierto ya se puede comprar a 49.99 por Amazon.
Tal como vimos desde hace dos meses, en los avances del primer capítulo de la temporada siete, Negan echó la suerte del tin marín (en la traducción en español)… para escoger a su primera víctima, que resultó ser Abraham (Michael Cudlitz). La cabeza del bigotudo pelirrojo quedó reducida a sesos esparcidos en el piso por los 12 palazos que le propinó el maníaco. Los espectadores no se habían repuesto de la crudeza de esta escena, cuando quedaron en shock al ver que Negan ejecutó otro bestial asesinato a batazos: el de Glenn (Steven Yeun), quien en la serie era el hijo de inmigrantes coreanos y, con seguridad, uno de los personajes más queridos. Glenn salva la vida de Rick (Andrew Lincoln) en la primera temporada y desde entonces vienen sobreviviendo, como hermanos, al apocalipsis zombie.
Daryl (Norman Reedus), el rudo de la ballesta y la moto, reacciona con furia ante la cruel muerte de Abraham, dándole un puñetazo a Negan. El dueño de “Lucille” en lugar de ir contra Daryl descarga su bate en la cabeza de Glenn. Después Negan se lleva a Daryl, separándolo así de su grupo.
Los tuits de los seguidores de The Walking Dead confirman que más de uno no pudo dormir después de ver la muerte de Glenn, no solo por el carisma del personaje sino por la crueldad de la ejecución. El primer batazo de “Lucille” le destrozó el cráneo y hasta hizo que el ojo izquierdo se saliera de su cuenca. Balbuceando, Glenn logró decirle a su esposa embarazada (Lauren Cohan), también arrodillada junto a su grupo: “Maggie te encontraré”.
Glenn también terminó con la cabeza vuelta añicos, y todos (dentro y fuera de la televisión) sufriendo por el salvajismo de Negan.
El mundo de The Walking Dead cambió radicalmente este domingo. Rick comenzó amenazando de muerte a Negan por lo que había hecho. “Te mataré, no hoy, no mañana, pero te mataré”, le dijo el expolicía estando sometido y de rodillas. Pero Rick terminó el capítulo aceptando que su vida le pertenecía a Negan. Y cómo no iba a hacerlo, si Negan puso en el piso a Carl (Chandler Riggs), hijo de Rick, le hizo una raya con marcador en el antebrazo y puso un hacha en la mano de Rick. Negan amenazó al personaje principal de la serie con matar a todo su grupo sino le cortaba, de un solo hachazo, el brazo del muchacho.
Al ver a Rick suplicando y llorando, Negan le dice: esa mirada es la quería ver e impide la mutilación. El mensaje quedó claro: hay un nuevo amo y señor en The Walking Dead.