Comienzo mi escrito aclarando que siempre he estimado y respetado al Dr. Camilo Alleyne y que sus desaciertos en esta campaña interna del PRD no harán variar eso, pero no puedo callar mi indignación ante sus malintencionados comentarios contra compañeros.
El lunes 24 de octubre de 2016 quedé sorprendido con la publicación de una entrevista al Dr. Alleyne en el diario La Estrella de Panamá. Me dejó muy preocupado esa publicación al ver que ningunos de sus planteamientos son de propuestas sobre lo que hará si gana la elección a la Presidencia del Partido Revolucionario Democrático (PRD), que es lo que nosotros, los delegados del colectivo, necesitamos saber, sino de descrédito a sus copartidarios.
El artículo 31 del Estatuto del PRD establece las funciones de quien ocupase la Presidencia del partido y su literal E, reza de la siguiente forma: “Velar por la unidad interna del partido y por el disciplinado cumplimiento de las orientaciones de los órganos de dirección de acuerdo con las decisiones del consejo directivo nacional”. Mi pregunta es: ¿está cumpliendo el compañero aspirante con este mandato del Estatuto? ¿Sus comentarios generarán la unidad? No lo creo.
Leo la entrevista y con sorpresa veo que este distinguido profesional, responsabiliza a su compañero y presidente del PRD, Benicio Robinson, diputado por Bocas del Toro, de los altos índice de pobreza, analfabetismo, VIH-sida, mortalidad infantil y mujeres embarazadas de esa región y lo primero que me pregunto es: ¿desconocerá el Dr. Alleyne las funciones que establece la Constitución de Panamá, en su artículo 153, sobre la Asamblea de Nacional? ¿Realmente creerá el doctor (que hasta fue ministro de Salud) que está en manos de un diputado la facultad y el recurso para acabar con la pobreza, analfabetismo, VIH-sida, mortalidad infantil y mujeres embarazadas de su circuito?
A mi parecer, si de verdad el Dr. Alleyne cree esto, no está preparado para presidir el partido. Dentro de nuestros organismos está la bancada de diputados y si el Dr. Alleyne desconoce las funciones de esta, mal pudiera instruirla, hasta pudiera provocar serias diferencias con ella; pero también me cuestiono que ¿si conoce en realidad las funciones de un diputado por qué hizo esos señalamientos? Entonces entendería que lo hizo con mala fe, para desacreditar a su adversario y eso es desleal; considero que una persona que utilice estrategias de desinformación y descrédito no debe presidir la dirección ejecutiva del partido.
Cada vez que veo a mi estimado copartidario, el Dr. Alleyne, en los medios de comunicación está hablando mal de la dirección del partido, lo cual me produce frustración, pues lo que espero son sus propuestas, aparte que el Estatuto del PRD en su artículo 157 (Derechos de los Miembros), literal G, ordena lo siguiente: “realizar dentro de los organismos que milita, todas las criticas que considere necesarias para la buena marcha del mismo y del partido, observando siempre lo dispuesto en el literal (d) de este articulo. Las críticas formuladas de modo público fuera de los organismos de base de deliberación o de dirección, serán sancionados como falta grave al partido”
Me pregunto: ¿por qué el Dr. Alleyne se va a los medios a despotricar en contra de la dirección del partido y no lo hace en las reuniones del CEN? Bien lo puede hacer ahí porque es actual vicepresidente del colectivo. ¿No es esto violar el Estatuto? ¿Una persona que no respeta el Estatuto está preparada para ser nuestro presidente?
Dr. Alleyne: Lo reto a que muestre públicamente su asistencia a las reuniones del Comité Ejecutivo Nacional, desde donde debe estar haciendo el trabajo y elevando las críticas de lo que ve mal.
Dr. Alleyne: El VIH-sida, mortalidad infantil y mujeres embarazadas son problemas que usted debió atender cuando fue ministro de Salud. Si esa es la realidad actual de Bocas, significa que usted no logró nada en esos temas, esa no es responsabilidad del diputado, pero si fue de usted, en su momento. Y me pregunto, ¿por qué sus críticas no son hacia las actuales autoridades de Salud, nombradas por el gobierno panameñista?
Tristeza me da, mi estimado coterráneo, ver que el único hospital de Colón, de su tierra, pertenece a la Caja de Seguro Social y la persona que no paga seguro y no tiene la plata de la consulta no es atendida. Usted, siendo ministro de Salud, lo único que hizo por Colón fue una gran feria de salud (en tiempos de política) y convertir un centro de salud en un policentro, con la plata de la empresa privada (Manzanillo International Terminal), siendo usted socio de uno de los hospitales más importante de el país (Punta Pacífica), donde sí se da atención eficiente, pero al que tiene plata para pagar; no hablemos de Bocas, hablemos de Colón y de usted.
Lo invito, Dr. Alleyne, a dar un recorrido por el barrio donde usted nació (calle 4, callejón Martínez), donde las mujeres que viven ahí forman largas filas para recibir atención médica de ginecología (su especialidad), en el centro de salud de esa calle (Patricia Duncan), que en peor estado no puede estar.
Deje también de usar el fantasma de Martinelli, acusando a copartidarios de que le están haciendo un trabajo. No distraiga ni desinforme; Martinelli ya no es presidente, él está huyendo de la justicia, ni los miembros de su partido le hacen caso.
Dr. Alleyne: Hable de las alianzas que facciones de nuestro partido tienen con el presidente actual, Juan Carlos Varela, y como este gobierno tiene en zozobra al país. ¿Será por intereses con el actual gobierno que usted evita dirigir sus críticas a las actuales autoridades del Ministerio de Salud, sobre el estado de la salud de Bocas del Toro, y prefiere dirigirlas hacia su copartidario, Benicio Robinson?
Enfóquese compañero Camilo Aleyne, deje de hablar de torrijismo y practíquelo. Decía el general Omar Torrjos: “disientan pero no se desboquen, empujen pero no conspiren”.
En el escrito La Línea, el general relataba que si había diferencias en el Estado Mayor se discutía a lo interno, él persuadía, se tomaba la decisión y salían todos unánimes a ejecutarla, nunca leí que escribió que si no estaba de acuerdo salía a despotricar en televisión, como usted suele hacerlo. Yo no conocí a Torrijos, pero no creo, Dr. Alleyne, que la postura que usted está asumiendo sea la de un torrijista.
Aspiro a que corrija, mi estimado compañero, y se encamine.
*El autor es delegado y director nacional del PRD en Colón.