Donald Trump y Hillary Clinton se repartieron este martes las primeras victorias en la agria carrera por la presidencia de Estados Unidos, con el candidato republicano conquistando los conservadores estados de Kentucky e Indiana, como se esperaba, y su rival demócrata quedándose con Vermont
Los triunfos para ambos candidatos en los tres estados habían sido pronosticados pero no tienen demasiado peso en la carrera a nivel nacional, para la que las encuestas muestran que Clinton tiene una ventaja.
Las casillas también cerraron en los estados de Virginia y Georgia, aunque no había resultados. Se espera que la votación termine en territorios clave como Carolina del Norte y Ohio muy pronto.
El último estudio de opinión de Reuters/Ipsos antes de la elección dio una ventaja a Clinton sobre Trump, con 44 y 39 por ciento de las preferencias, respectivamente. En tanto, el sondeo Estados de la Nación de Reuters/Ipsos dio a Clinton una probabilidad de un 90 por ciento de ganar.
En una batalla centrada en gran parte en el carácter de los candidatos, Clinton, ex primera dama y ex secretaria de Estado de 69 años, y Trump, un magnate inmobiliario neoyorquino de 70, se acusaron de no ser aptos para liderar Estados Unidos frente a retos como la ardua recuperación económica, los militantes islamistas y el ascenso de China.
Al igual que durante la campaña, Trump se refirió el martes a la posibilidad de no aceptar el resultado electoral, asegurando que vio reportes de irregularidades en la votación. No aportó muchos detalles y Reuters no pudo verificar de inmediato la existencia de tales problemas.
“Veremos cómo se dan las cosas hoy. Esperemos que todo salga bien y no nos tendremos que preocupar de eso y que ganemos”, sostuvo Trump en una entrevista telefónica con Fox News. “Quiero ver que todo sea honesto”.
Trump también demandó al registro de votantes del condado de Clark, en Nevada, por un local de votación en Las Vegas que recibió permiso la semana pasada para seguir abierto y admitir a la gente que hacía fila para emitir su sufragio, muchos de ellos hispanos. El pedido fue denegado por una jueza.
Clinton, quien busca convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, votó en una escuela primaria próxima a su casa en Chappaqua, en Nueva York, temprano en la mañana.
Los mercados financieros, casas de apuestas y plataformas de comercio por internet prevén un triunfo de Clinton, pero el equipo de Trump asegura que puede lograr una victoria inesperada, como la del “Brexit” en junio para sacar a Reino Unido de la Unión Europea.
Líder fuerte
Los votantes parecían preocupados por la dirección que tome el país y dijeron que quieren “un líder fuerte que pueda recuperar el país de manos de los ricos y los poderosos”, de acuerdo a una encuesta de Reuters/Ipsos.
El sondeo a más de 10.000 personas que fueron a votar mostró que una mayoría está preocupada por la capacidad de los candidatos para sacar al país adelante. Muy pocos mostraron confianza en que los partidos políticos puedan mejorar su situación.
Una presidencia de Clinton aportaría continuidad a los ocho años de Barack Obama en la Casa Blanca, aunque si los republicanos retienen el control de al menos una cámara en el Congreso, podrían venir más años de estancamiento político.
Un triunfo de Trump podría agitar algunos de los cimientos fundacionales de la política exterior estadounidense, como la alianza de la OTAN y el libre comercio, y revertir ciertos logros de Obama a nivel local, como su ley de salud de 2010.
Una fuerte participación de votantes de Clinton podría complicar el control republicano del Senado, ya que se eligen 34 legisladores en la cámara de 100 miembros. Los demócratas necesitan una ganancia neta de cinco escaños para hacerse con el control. Los 435 escaños de la Cámara de Representantes están en juego, pero se espera que siga en manos republicanas.
El promedio industrial Dow Jones cerró con un alza de un 0,4 por ciento, con los inversores apostando por una victoria de Clinton, vista por Wall Street como la candidata que generará mayor estabilidad política y financiera.
En tanto, el peso mexicano subió a un máximo de dos meses por las expectativas de una derrota de Trump, quien ha prometido una serie de medidas que son vistas como perjudiciales para el país latinoamericano.