El embajador de Estados Unidos, John Feeley, manifestó durante una reunión reciente que su país va a “entregar la información que se requiere” para aclarar la Invasión a Panamá
La comisión independiente creada en Panamá para investigar la invasión estadounidense de 1989, que produjo la caída del dictador Manuel Antonio Noriega, confía en que Washington colabore con las investigaciones para conocer la verdad de lo ocurrido.
Según el presidente del organismo, Juan Planells, el embajador de Estados Unidos John Feeley manifestó durante una reunión reciente que su país va a “entregar la información que se requiere”.
“Vamos a estar vigilantes para que efectivamente cumplan con esa promesa”, dijo Planells a la prensa.
La comisión, creada por decreto, tiene la misión de identificar a fallecidos y desaparecidos en la invasión estadounidense, de la que este martes se cumplieron 27 años.
Más de 27.000 soldados estadounidenses invadieron Panamá para derrocar al entonces dictador Noriega, reclamado por un tribunal de Miami bajo cargos de narcotráfico.
Noriega se entregó el 3 de enero de 1990 y desde entonces ha estado preso en Estados Unidos, Francia y Panamá por narcotráfico, blanqueo de capitales y desaparición de opositores durante su régimen (1983-1989).
Oficialmente, el número de muertos causados por la intervención militar fue de 500, aunque organizaciones de derechos humanos cifran la masacre en varios miles.
“Es posible que algunos piensen que volver a rescatar la memoria de los acontecimientos y el dolor no sea lo más conveniente en este momento”, dijo Planells.
Sin embargo, “eso va a ser superado por el auténtico deseo de conocer la verdad y rescatar la dignidad de esos panameños que han estado olvidados por 27 años y que merecen honor por su sacrificio”, añadió.
Organizaciones humanitarias exigen que Washington reconozca la invasión, indemnice al país y a las víctimas diga dónde están las fosas comunes, aunque el gobierno panameño ha descartado por el momento plantear alguna acción legal contra Washington.
Entre la información que Estados Unidos entregaría, según Planells, se encuentran documentos contenidos en miles de cajas y sustraídos a instituciones públicas panameñas durante la invasión.
“Este es un proceso histórico para el establecimiento necesario de la verdad, para entender plenamente nuestra historia y empezar a reparar a las víctimas”, afirmó el ombudsman panameño Alfredo Castillero.