El gobierno mexicano reconoció este lunes que el alza a los precios de combustibles es una medida “impopular”, pero se mantendrá porque el mercado mexicano debe estar acorde a los precios internacionales
Mientras las protestas se multiplican, con bloqueos carreteros y manifestaciones en gasolineras, Miguel Messmacher, subsecretario de Hacienda (Finanzas), sostuvo que no es posible “mantener un precio artificialmente bajo” al combustible, cuando el 70% es consumido por sectores de mayores ingresos.
“No (se dará marcha atrás al aumento), de hecho ya entraron en vigor desde ayer las medidas. El incremento no se debe a un ajuste en impuestos, se debe realmente a un ajuste en los costos vinculado al precio internacional del petróleo”, dijo Messmacher a corresponsales extranjeros.
El lunes se concretaron aumentos promedio de 20,1% a las gasolinas y 16,5% al diésel, como parte de una política de liberalización de precios, enmarcada en la reforma energética impulsada en 2014 por el presidente Enrique Peña Nieto con la promesa de que bajarían los combustibles.
El aumento, el mayor en años, ha desatado algunas protestas en la capital y en localidades del país, donde el sábado se observaron además largas filas de automovilistas ansiosos por llenar los tanques de sus automóviles.
“Estas cosas siempre generan malestar, es muy claro, muy comprensible (…), tenemos que salir a explicar porqué se está haciendo. Nos queda claro que es una medida impopular”, reconoció Messmacher.
Analistas, empresarios y el Banco de México (central) han advertido que el alza podría tener un efecto inflacionario, pero el funcionario dijo que “se trabaja para evitar que haya una contaminación generalizada” a otros sectores de la economía.
Luego de que el domingo cientos de personas se manifestaron en Ciudad de México y en distintas localidades hubo expresiones de protesta, este lunes se registró un bloqueo en una importante carretera que conecta la capital con la vecina ciudad de Toluca y en el estado sureño de Guerrero taxistas impidieron el paso de vehículos, según reportes de prensa.
En la capital, un grupo de manifestantes bloqueó por momentos las instalaciones de la secretaría de Energía mientras que en diversos puntos pequeños grupos protestaban.
La liberalización del precio de los combustibles y la entrada de firmas privadas al negocio pone fin a más de 70 años de monopolio de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Los ajustes al combustible continuarán en febrero y gradualmente serán diarios según los precios internacionales, el nivel del peso frente al dólar y la competencia.
El aumento se registra luego de que en 2016 el peso mexicano se depreció 16,12%, golpeado por los bajos precios del crudo y el triunfo en Estados Unidos del candidato electo Donald Trump, quien amaga con fuertes medidas proteccionistas contra México.