El bitcoin fue creado como software encriptado por alguien que se identificó como Satoshi Nakamoto. Pero el año pasado Craig Wright, un empresario australiano, dijo ser el creador, aunque todavía existen dudas sobre su identidad.
El bitcoin es una moneda virtual creada en 2009 que a diferencia del dólar o el euro no tiene ningún banco central ni se apoya en ningún gobierno sino que está regulada por un grupo de usuarios.
Sus defensores afirman que la autoregulación es un sistema más eficaz que el tradicional porque el bitcoin no está sometido a los vaivenes políticos de un Estado que quisiera por ejemplo devaluar su moneda para hacer frente a su deuda.
Igual que las demás monedas, el bitcoin sirve para pagar bienes o servicios (o comprar otras monedas) a condición de que ambas partes estén de acuerdo.
El bitcoin fue creado en 2009 como software encriptado por alguien que se identificó como Satoshi Nakamoto. Pero el año pasado Craig Wright, un empresario australiano, dijo ser el creador, aunque todavía existen dudas sobre su identidad.
Tras el bitcoin se crearon otras monedas virtuales pero ésta sigue siendo la más popular.
Las transacciones se llevan a cabo con códigos cifrados que circulan a través de la red. La red actúa como supervisora y verifica que un bitcoin no se pueda gastar al mismo tiempo en dos lugares distintos.
Los usuarios pueden “extraer” bitcoins (crearlos) a través de un complejo proceso informático en sus ordenadores pero su número está limitado desde su creación a un máximo de 21 millones de unidades, de las 16 millones ya están en circulación.
Como todas las monedas, el bitcoin fluctúa pero mucho más que el resto de divisas. Cuando fue creado valía tan sólo unos céntimos de dólar y este jueves superó los 1.100 dólares por primera vez en tres años en el Bitcoin Price Index (BPI), un índice que registra los principales intercambios de la moneda.
Algunos observadores apuntan a que se está conviertiendo en valor refugio, como el oro, frente a la incertidumbre financiera en los países emergentes o a las restriccioens que imponen algunos países como China.
Sus detractores consideran que todavía tiene muchos problemas de seguridad, como demostró el robo masivo de bitcoins por parte de un grupo de piratas informáticos denunciado el año pasado por una plataforma de intercambio en Hong Kong.
Desde su nacimiento, el bitcoin también ha sido acusado de falta de transparencia. En 2014 la plataforma de intercambios MtGox quebró y su responsable, el francés Mark Karpelès, pasó varios meses en Japón acusado de malversación.
También se le acusa de facilitar el comercio ilegal aprovechando el anonimato de las transacciones.