A poco más de dos semanas de entrar a la Casa Blanca, Donald Trump arremetió este jueves contra Toyota por su proyecto de construir en México una fábrica de autos para el mercado de Estados Unidos
“¡De ninguna forma! Construyan una planta en Estados Unidos o paguen una pesada tasa de frontera”, expresó Trump en la red Twitter. Anteriormente, había formulado una amenaza parecida a General Motors.
En su mensaje, Trump lamentó que la japonesa Toyota Motors monte una nueva planta en México “para construir modelos Corolla para Estados Unidos”.
En una breve respuesta oficial, Toyota señaló que “espera colaborar con la administración de Trump para servir a los mejores intereses de los consumidores y de la industria automotriz”.
La firma afirmó que la apertura de la planta en México, en la ciudad de Guanajuato, no afectará en ningún aspecto la presencia de Toyota en Estados Unidos.
“El volumen de producción o empleos en Estados Unidos no disminuirá como resultado de nuestra nueva planta en Guanajuato”, aseguró la empresa, número uno mundial del mercado de automóviles.
En Estados Unidos, informó la nota, Toyota tiene “inversiones directas por 21.900 millones de dólares, 10 plantas productoras, 1.500 revendedores y 136.000 empleados”
Además, en 2015 la firma “exportó más de 160.000 vehículos construidos en Estados Unidos hacia 40 países, ayudando a establecer a Estados Unidos como un centro global exportador”.
En abril de 2016 Toyota había anunciado la construcción de su 15ª planta en América del Norte, con una ensambladora en Guanajuato además de la planta que ya posee en Tecate, Baja California, en la frontera con Estados Unidos.
El plan de Toyota es utilizar esa nueva planta para el modelo Corolla a partir de 2019, en coordinación con la planta de la empresa en Mississippi (sur de Estados Unidos), y representaría la apertura de unos 2.000 puestos de trabajo.
La empresa había destinado un presupuesto de 1.000 millones de dólares a la planta en México, para una capacidad de producción de unas 200.000 unidades al año.
Las acciones del fabricante resintieron las declaraciones de Trump e iniciaron la sesión del viernes en la Bolsa de Tokio cayendo un 3,11%, antes de recuperar terreno (-1,70%) en la primera hora de operaciones, situándose en 6,930 yenes.
– Presiones contra la relocalización –
Trump, quien asumirá el 20 de enero, aumentó la presión a las empresas automotrices para que cesen de utilizar los beneficios previstos en el acuerdo TLCAN de libre comercio, que permite la exportación hacia Estados Unidos de automóviles producidos en México.
El lunes Trump había concentrado su artillería verbal en la también gigante General Motors, a la que amenazó con “pesadas tasas de frontera”.
“General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze, hecho en México, a Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar la frontera. ¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una alta tasa de frontera!”, expresó el presidente electo en Twitter.
Al día siguiente, la automotriz Ford anunció su decisión de cancelar el proyecto de construir una planta ensambladora en San Luis Potosí, México, donde se crearían unos 2.800 puestos de empleo.
Ford anunció que la decisión involucra la adición de 700 puestos de trabajo e inversiones por 700 millones de dólares en un plazo de cuatro años para ampliar su planta de Flat Rock, en Michigan (norte de EEUU), para la producción de automóviles eléctricos y sin conductor.
En respuesta, el ministerio de Economía de México emitió una nota donde adelantó que la Ford deberá pagar cualquier inversión que el gobierno mexicano haya realizado para facilitar la construcción de la planta en San Luis Potosí.
A inicios de diciembre Trump había visitado una fábrica de aparatos de aire acondicionado, Carrier, donde aseguró que en su gobierno las empresas que monten fábricas en el exterior tendrán dificultades para exportar sus productos al mercado estadounidense.
Carrier -una empresa que realizó pesadas donaciones a la campaña del vicepresidente de Trump, Mike Pence- también decidió anular un plan para relocalizar unos 1.000 puestos de trabajo a México.
“Nos gusta México. Estuve hace tres meses con el presidente de México, un tipo tremendo, pero debemos tener un trato justo. No recibimos nada”, afirmó el presidente electo, reiterando sus críticas de campaña contra el TLCAN, al que definió como “un desastre total”.