Un tribunal francés condenó este viernes a la compañía alemana de control TÜV, certificadora de las prótesis mamarias fraudulentas PIP, muchas de ellas vendidas en América Latina, a indenmizar con 60 millones de euros a los 20.000 demandantes.
El escándalo de las prótesis mamarias de la compañía Poly Implant Prothèse (PIP) fue descubierto en marzo de 2010. La empresa utilizaba un gel de silicona no homologado para uso médico en vez del gel Nusil autorizado, que declaraba utilizar. La empresa certificadora alemana se limitaba controlar los documentos del fabricante, y no la silicona utilizada.