El expresidente Barack Obama y su esposa Michelle abandonaron Washington poco después de la investidura de Donald Trump, con destino a Palm Springs, en California, donde pasarán unas vacaciones familiares.
“Nuestra democracia no son monumentos o edificios, son ustedes”, dijo el expresidente demócrata en unas de sus últimas declaraciones desde la base militar Andrews, en las afueras de la capital estadounidense.