Colombia abrió este martes diálogos de paz con su último grupo rebelde activo, el ELN, buscando superar más de medio siglo de guerra interna y alcanzar la “paz completa” tras el histórico acuerdo con la guerrilla FARC
Después de tres años de contactos secretos y varios meses de demora, delegados del gobierno de Juan Manuel Santos y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) instalaron la mesa de negociaciones en una ceremonia en Sangoloquí, a unos 30 km de Quito ante representantes de los garantes Ecuador, Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela.
“Estamos ante la oportunidad de, por fin, pasar la página de la guerra”, dijo el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo.
Con la firma de la paz en noviembre con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el ELN, alzado en armas desde 1964, es la única guerrilla activa del país, con unos 1.500 combatientes y varios miles de milicianos, según cifras oficiales.
“Asistimos a estas conversaciones con la convicción que debemos cambiar lo que haya que cambiar con tal que se abran las puertas a una democratización del país que brinde a Colombia una vida digna”, apuntó por su parte Pablo Beltrán, nombre de guerra de Israel Ramírez, jefe de la delegación del ELN.
Las partes se sentarán a debatir a partir del miércoles a puerta cerrada, según fuentes de la cancillería de Ecuador, donde se celebrarán la primera y la última ronda de negociaciones. El resto se prevé en los otros países garantes.
Renunciar “al secuestro”
El gobierno aprovechó la inauguración de las pláticas para plantear el espinoso tema de la retención de personas por parte de la guerrilla guevarista, que ha mantenido en suspenso el inicio de las conversaciones.
“Quiero aprovechar esta ocasión para invitar al ELN a darle hoy la mejor noticia a los colombianos con su renuncia pública al secuestro”, dijo Restrepo. “Sin esta decisión por parte del ELN será muy difícil avanzar en la construcción de acuerdos”, añadió.
La mesa debía haberse instalado en octubre, pero se retrasó por la exigencia de Santos de que fuera liberado un excongresista rehén del ELN desde abril, y de la guerrilla de que el gobierno indultara a dos rebeldes presos y nombrara facilitadores de paz a otros dos.
La entrega la víspera del militar Fredy Moreno Mahecha, capturado por el ELN el 24 de enero en el noreste de Colombia, reforzó la confianza en el proceso. “Genera un buen ambiente”, declaró a AFP en Quito el senador de izquierda Iván Cepeda, facilitador de los diálogos con las FARC.
“Si no se maneja bien, el tema del secuestro puede hacer inviable la mesa de negociación”, advirtió sin embargo Carlos Arturo Velandia, exjefe del ELN, nombrado meses atrás facilitador de paz por Santos.
Asumir “responsabilidad”
El ELN, por su parte, pidió al gobierno que asuma su “responsabilidad” en la conflagración interna que ha desangrado a Colombia, que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y fuerzas estatales y dejado 260 mil muertos, 60 mil desparecidos y 6.9 millones de desplazados.
“Estamos dispuestos a asumir responsabilidad por los hechos ocurridos durante el conflicto. Y esperamos que los líderes de la otra parte hagan lo mismo. Sin esa asunción de responsabilidades no vamos a entregar la verdad completa a los millones de víctimas colombianas”, dijo Beltrán.
Según el politólogo Frédéric Massé, el proceso con el ELN “se anuncia difícil” y diferente al que se desarrolló durante cuatro años en Cuba con las FARC.
“EL ELN tiene reivindicaciones un poco más fundamentalistas que las FARC”, dijo este profesor de la Universidad Externado de Bogotá. “Para el ELN, es la sociedad la que debe negociar”, agregó.
La “participación de la sociedad civil en la construcción de la paz” es precisamente uno de los seis puntos de la agenda, que también incluye los de “democracia para la paz”, “transformaciones para la paz”, “víctimas”, “fin del conflicto armado” e “implementación”.
Desde el sábado en Bogotá, y desde este martes en el centro de Quito, organizaciones sociales se reúnen en la llamada Mesa Social para la Paz para aportar ideas al diálogo.
Sin embargo, según un sondeo divulgado este martes en Colombia, 61.2% de los consultados “no cree” en las intenciones del ELN de alcanzar un acuerdo de paz.
“Quiero creer que en esta oportunidad el ELN sí tiene la decisión de abandonar la violencia. Por nuestros hijos ojalá sea así”, tuiteó el ministro del Interior colombiano, Juan Fernando Cristo, cuyo padre fue asesinado por el ELN en 1997.