Un pastor evangélico y cuatro feligreses de una remota comunidad de Nicaragua fueron acusados el jueves por la Fiscalía de confabularse para quemar a una mujer en un ritual religioso, alegando que estaba “poseída por el demonio”
La acusación fue presentada por la fiscal Fabiola Mendoza en un juzgado penal de Managua contra el pastor Juan Rocha, sus dos hermanos Pedro y Tomasa Rocha, Franklin Jarquín y Esneyda Orozco, por los delitos de asesinato y secuestro.
La jueza Damaris Venegas admitió la denuncia en presencia de los acusados, quienes escucharon tranquilos los alegatos de la fiscal.
“Es evidente que estamos ante un hecho punible grave”, dijo la jueza, quien programó para el 10 de marzo una audiencia para determinar la apertura del juicio.
La víctima, Vilma Trujillo, de 25 años y madre de dos hijos, fue lanzada por los acusados a una hoguera el 21 de febrero en la remota comarca El Cortezal, en la región del Caribe Norte de Nicaragua.
De acuerdo con la acusación, el pastor, de 23 años, “aprovechándose de su autoridad eclesiástica y la confianza” de la familia, llevó el 15 de febrero a la víctima a la iglesia de la Asamblea de Dios de la comarca.
Según el escrito, el pastor retuvo en la iglesia durante seis días “contra su voluntad” a la mujer, quien padecía “problemas de salud relacionados con una alteración de la conciencia”.
Entonces, “Juan Rocha, en calidad de pastor dijo a los miembros de la iglesia que la víctima estaba poseída por el demonio y que iba a convocar a oración y ayuno para que Dios revelara como sanarla”.
Fue así que Esneyda -una de las acusadas- manifestó el 21 de febrero “que Dios le había revelado que debían encender una hoguera y lanzar a la víctima al fuego para que el demonio que la tenía poseída la liberara”.
Entonces, Tomasa Rocha ordenó a los otros feligreses que encendieran una hoguera en el patio de la iglesia, mientras que Franklin y Pedro amarraron a “la victima de pies y manos a un tronco de un árbol ubicado contiguo a la hoguera”, la arrojaron entre todos al fuego y la abandonaron, según la acusación.
La intención de los acusados era “privarla de la vida, quemándola viva”, indicó la fiscal.
La mujer quedó tirada en las brasas hasta que su padre y su primo llegaron a rescatarla cuatro horas después y la llevaron a un hospital, dijo la fiscal.
Trujillo murió el pasado martes en Managua por edema pulmonar y un fallo multiorgánico causado por las quemaduras, según el informe forense.
Fue una muerte “cruel e inhumana”, pues los inculpados actuaron con alevosía y saña, repudió la fiscal.
Tras la audiencia, el pastor declaró a los periodistas que la mujer tenía un “demonio” que describió como “una serpiente” que la martirizaba.
Ojalá los acusados “se sequen en la cárcel”, dijo el marido de la víctima, Reynaldo Peralta, al diario La Prensa.