El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas se reunirá este jueves, para analizar la resolución de condena
El régimen sirio y su aliado ruso rechazaron en bloque las acusaciones de los países occidentales sobre el presunto ataque químico en Siria, mientras estos últimos trataban de llevar a votación una resolución de condena en la ONU.
Dos días después del ataque que dejó 86 muertos, Moscú afirmó que Washington no disponía de información “objetiva”, “fiable” ni “realista”, mientras que estadounidenses, franceses y británicos señalaban al régimen sirio de Bashar Al Asad.
El Consejo de Seguridad debe reunirse este jueves de nuevo después de que la víspera se aplazara una resolución de condena, mientras los occidentales negocian con Rusia.
Aliado inquebrantable del régimen de Damasco desde el inicio de la guerra, Moscú ha interpuesto su veto en la ONU en varias ocasiones para evitar una condena contra Damasco.
Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, “justo después de la tragedia, nadie podía tener acceso a esa zona” en Jan Sheijun, una pequeña localidad de la provincia rebelde siria de Idlib (noroeste), donde presuntamente tuvo lugar un ataque químico. No obstante, tildó el ataque de “crimen monstruoso”.
En Damasco, el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, aseguró que el ejército sirio “no ha utilizado ni utilizará jamás” armas químicas contra su propio pueblo, “ni siquiera contra los terroristas”, que es como el gobierno se refiere a los rebeldes y a los yihadistas.