En el poder desde 2006, cuando su hermano cayó gravemente enfermo, Raúl Castro ha liderado una significativa pero cauta apertura al trabajo por cuenta propia y la inversión extranjera.
Cuando restan ocho meses para su relevo histórico de la presidencia, Raúl Castro abrió el jueves la puerta a nuevos pero cautelosos cambios económicos en Cuba frente a la crisis en Venezuela y el posible retroceso con Estados Unidos.
Sin anunciar una reforma concreta dentro del proceso de flexibilización del modelo socialista, Castro clausuró una sesión extraordinaria del Parlamento en la que fueron aprobados varios documentos que guiarán el rumbo de Cuba después de que su salida del poder en febrero de 2018.
Estos documentos “nos permitirán continuar avanzando en la actualización del modelo económico y social o lo que es lo mismo, cambiar todo lo que deba ser cambiado”, proclamó el líder de 85 años ante el poder legislativo reunido en La Habana sin acceso a la prensa internacional.
Y lo haremos “a la velocidad que nos permitan el consenso que forjemos al interior de nuestra sociedad y la capacidad que demostremos de hacer bien las cosas, para evitar graves errores”, agregó.
Los 612 diputados aprobaron los documentos rectores que expidió el Partido Comunista de Cuba, que preside Castro, en su Séptimo Congreso celebrado en abril de 2016. Fue la última ocasión que habló el líder Fidel Castro ante el partido antes de su deceso en noviembre pasado a los 90 años.
Los documentos, que incluyen lineamientos políticos y económicos hasta 2030, fueron sometidos a una amplia discusión en asambleas populares, y sufrieron modificaciones avaladas este jueves por el parlamento.
Los textos definitivos deberían ser divulgados los próximos días, pero más allá de los cambios, se espera que los mismos ratifiquen lo anunciado por Raúl y Fidel el año pasado, cuando descartaron a dos voces el regreso del capitalismo o el fin del régimen de partido único vigente desde hace más de medio siglo.
“Estos fundamentos programáticos (…) reafirman el carácter socialista de la Revolución Cubana y el papel del Partido Comunista como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”, subrayó el mandatario.
– Difícil entorno –
En el poder desde 2006, cuando su hermano cayó gravemente enfermo, Raúl Castro ha liderado una significativa pero cauta apertura al trabajo por cuenta propia y la inversión extranjera.
Asimismo, en 2015 restableció relaciones diplomáticas con Estados Unidos – el enconado enemigo de la Guerra Fría -, levantó prohibiciones para los viajes de los cubanos, y ha autorizado un lento y restringido acceso a internet.
Pese a que hoy más de medio millón de cubanos trabajan por su cuenta, principalmente en la industria turística, todavía existe un marcado recelo en los comunistas más ortodoxos frente a la propiedad privada y la concentración de la riqueza.
Aun así se espera que las nuevas políticas reconozcan legalmente a la pequeña y mediana empresa privada, aunque sin permitir la concentración de la riqueza, como quedó consignado el año pasado.
En plena transición política, Cuba enfrenta un contexto internacional difícil.
Por un lado, Venezuela – su mayor aliado después de la caída del protector soviético – atraviesa una profunda crisis que impactó de lleno la economía. El año pasado el PIB se contrajo 0,9%, arrastrado por la disminución de los envíos de petróleo a la isla en condiciones preferentes.
En su discurso, Castro volvió a defender a Maduro frente a las violentas protestas que desde hace dos meses exigen su salida del poder.
Del otro lado, el presidente Donald Trump ha dado señales de que podría endurecer el trato con Cuba tras el acercamiento propiciado por Barack Obama, quien flexibilizó los viajes de los estadounidenses y el regreso de los cruceros y vuelos comerciales a la isla, aunque sigue vigente el embargo impuesto en 1962.
El 20 mayo, Trump publicó una carta en la que evocó la “opresión” en Cuba y abogó por mayores libertades económicas y el respeto de los derechos humanos, en un pronunciamiento que fue tachado de “controvertido y ridículo” por La Habana.
El sucesor de Raúl Castro deberá ser elegido en febrero por la cúpula cubana y entre los candidatos está el vicepresidente Miguel Díaz-Canel.