El modelo Han Hyun-Min es una estrella en ascenso en las pasarelas de Corea del Sur, superando el obstáculo de ser mestizo, con sangre asiática y africana, en un país étnicamente homogéneo
“Un modelo de piel oscura como Han es algo sin precedentes en Corea del Sur, reclutarlo fue una gran apuesta”, reconoce su agente, Youn Bum.
Han, de 16 años y padre nigeriano, posa en revistas de primer nivel como el primer modelo surcoreano de color, en un país donde la discriminación racial es moneda corriente.
A pesar de la apariencia moderna y sofisticada de Corea del Sur y tras haber revolucionando Asia con su cultura pop, subyace en el país un profundo racismo, incluso si la inmigración, que no supera el 4% de la población, se ha duplicado en la última década.
Una encuesta gubernamental mostró en 2015 que el 25% de los surcoreanos no desean tener vecinos extranjeros, muy por encima de los resultados obtenidos en EEUU (5,6%) y China (10,5%).
A muchos de los inmigrantes, provenientes mayormente de China y del sudeste asiático, les tratan de “sucios” o “hediondos” en los transportes públicos, o les rechazan en restaurantes o baños públicos.
Los niños mestizos son acosados en los colegios, llamados peyorativamente “tuigi”, que significa literalmente “animal cruzado”.