Decenas de venezolanos acudieron un día después de que el presidente panameño, Juan Carlos Varela, anunciara que su gobierno les exigirá visado
El martes, Varela informó que a partir del 1 de octubre los venezolanos que quieran ingresar a Panamá deberán tener visado, disposición que mantendrá hasta que se restablezca “el orden democrático” en Venezuela.
El gobierno de Nicolás Maduro recibió “con indignación” lo que calificó de “medida anti-integracionista” y aseguró que actuará “con reciprocidad”, según el canciller Jorge Arreaza.
Panamá integra un grupo de países latinoamericanos que rechaza la Asamblea Constituyente que impulsó Maduro y que rige Venezuela con poderes absolutos, por considerar que lesiona la democracia.
Pero Jennifer Terán, estudiante universitaria de 23 años y crítica a Maduro, cree que la medida “más que perjudicar al gobierno, afecta a los venezolanos que quieren salir a emprender”.
Jennifer también evalúa adelantar su viaje, aunque está a punto de graduarse como licenciada en turismo.
“Panamá no está cerrando sus puertas, sino imponiendo un control de entrada. El 99,9% de los venezolanos que viajan son gente buena, pero algunos que entraron cometieron errores”, aseguró a la AFP una fuente diplomática, que pidió reserva de su nombre.