El fonio, un tipo de mijo cultivado en África desde hace milenios, es rico en nutrientes y aminoácidos, además de resistente a la sequía, cualidades con las que podría conquistar el mundo, ávido de alimentos sanos, estima el chef senegalés Pierre Thiam
Este chef, uno de los de más renombre del continente, espera que este “cereal milagroso” logre mejorar la vida de las poblaciones del Sahel (una franja de territorio que va desde Senegal a Eritrea) e imponerse en los países desarrollados. Un sueño que expuso ante la conferencia TEDGlobal 2017 (Technology, Entertainment and Design) que se celebra en estos días en Arusha, Tanzania.
A medio camino entre la sémola de trigo y la quinua, el fonio se cultiva en el continente africano desde hace unos 5.000 años, según Thiam, quien afirma haberlo descubierto en el sureste de Senegal hace varios años cuando escribía un libro de recetas.
Según sus investigaciones, el fonio era tan apreciado que hay rastros suyos en las tumbas egipcias, entre los alimentos que se colocaban para acompañar a los difuntos en el más allá. Los dogones, un grupo étnico de Malí, consideran por su parte que el universo se formó a partir de un grano de fonio.
Thian culpa de ello a una “mentalidad colonial” que hace que los senegales no valoren sus culturas locales y prefieran el arroz importado de China y, los más adinerados, los cruasanes de Francia.
“Existe un potencial agrícola inexplotado en el Sahel y basta con cambiar las condiciones de acceso al mercado para liberarlo”, asegura el chef.
“El fonio crece sin problemas en una región sujeta a la sequía y a la hambruna. Este pequeño grano podría aportar grandes respuestas”, añade.