EEUU concluye destrucción de viejas armas químicas en Panamá

EEUU concluye destrucción de viejas armas químicas en Panamá
Las bombas habían sido identificadas en 2002 por la OPAQ en Isla San José, con 44 kilómetros cuadrados de superficie. Foto/AFP

Estados Unidos eliminó en Panamá proyectiles de la Segunda Guerra Mundial con gases nerviosos que formaban parte del arsenal en sus bases militares de la antigua Zona del Canal, en una operación avalada por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) 

La cancillería de Panamá y la embajada de Estados Unidos en ese país informaron este jueves en un comunicado conjunto que la operación “permitió la destrucción de las ocho antiguas municiones químicas” ubicadas en Isla San José, en el Pacífico panameño. 

La destrucción fue “exitosa” y “no se ha registrado ningún daño a la salud ni a la seguridad humana durante el proceso de destrucción ni ningún impacto significativo o permanente al medio ambiente”, añade la nota.

La vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo, calificó la destrucción del arsenal como “una gran noticia” que pone fin a un “impasse que por años se había postergado”.

El armamento destruido está compuesto por ocho bombas. Seis de ellas son de 1.000 libras (unos 500 kilos) y se sospecha que contenían fosgeno, un gas venenoso asfixiante utilizado durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

También se inutilizó una bomba de 500 libras que podría haber tenido cloruro de cianógeno, un gas extremadamente letal, y un cilindro vacío y oxidado, según el plan de la OPAQ.

La eliminación del armamento estuvo a cargo de unas 150 personas del Comando Sur de Estados Unidos y especialistas de la policía panameña, y se extendió del 13 de septiembre al 3 de octubre con financiamiento de Washington.

En esa isla el Ejército estadounidense habría realizado pruebas y experimentos militares con gas mostaza, fosgeno y otros agentes nerviosos para su posible uso durante la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Vietnam (1964-1975).

Panamá pidió que las bombas se eliminaran en la isla al considerar “inseguro” y un “riesgo indebido” para los trabajadores y el medio ambiente trasladar las municiones por su “configuración explosiva” y su “edad”.

La operación consistió en la destrucción del armamento a través de la lluvia y la humedad para asegurar la hidrólisis (descomposición de sustancias por acción del agua) y la dilución de las municiones.

 

 

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