Panamá se beneficia de enfrentar las desigualdades, las brechas en la educación y las habilidades y la informalidad para mantener los beneficios de su progreso económico, según la Revisión Multidimensional de la OCDE de Panamá
Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) nuestro país depende fuertemente de pocos sectores, como la construcción, el sector financiero y las actividades del Canal de Panamá, que serán insuficientes para sostener un mayor progreso socioeconómico e inclusión.
La investigación señala que muchos de los que escaparon de la pobreza en los últimos años siguen siendo vulnerables y una desaceleración económica los haría regresar a la pobreza. Además, la expansión de la clase media expresa nuevas y cambiantes demandas de servicios públicos, incluyendo educación, salud, vivienda, infraestructura y transporte.
Las mejoras económicas de la última década han contribuido a reducir la pobreza, pero no han beneficiado a todos los grupos de la sociedad por igual. El PIB per cápita ha crecido considerablemente desde 2006, con un 4.5% anual promedio, más rápido que el promedio del 2.8% en América Latina y el Caribe y ha reducido la brecha con las economías desarrolladas.
La pobreza, definida como la proporción de personas que viven con menos de USD 3.10 de poder adquisitivo por día, se redujo a la mitad a 8% entre 2004 y 2014. Sin embargo, las personas que viven en las zonas rurales y especialmente en las comarcas son mucho más propensas a vivir en la pobreza y a reportar niveles más bajos de satisfacción sobre sus condiciones de vida.
El MDCR muestra que Panamá tiene debilidades significativas en el área de educación, innovación y brechas de infraestructura, particularmente a nivel sub-nacional, que afectan directamente la productividad y la inclusión.
Casi la mitad de las empresas formales panameñas reportan dificultades para encontrar trabajadores con las competencias que necesitan, en comparación con cerca del 38% en los países de la OCDE. Esto pone de relieve la importancia de centrarse en una gama más amplia de competencias en el plan de estudios, así como de mejorar la formación profesional, capacitación y los mecanismos para adaptar mejor la demanda y la oferta de competencias.