Larvas de coral originadas en una parte de la Gran Barrera fueron trasplantadas con éxito en otra zona de la misma, explicaron este domingo científicos australianos, anunciando un proyecto que esperan sirva para restaurar ecosistemas dañados en todo el mundo
En un ensayo realizado en la isla de Heron, frente a la costa este de Australia, los investigadores recogieron grandes cantidades de huevas de coral a finales del año pasado, a partir de las cuales criaron larvas que posteriormente trasplantaron en otras zonas del arrecife.
Cuando regresaron ocho meses después, encontraron corales jóvenes que habían sobrevivido y crecido protegidos en tanques de malla submarinos.
“El éxito de esta nueva investigación no solo se aplica a la Gran Barrera de Coral sino que tiene una importancia global potencial”, afirmó Peter Harrison de la Universidad de Southern Cross.
“Muestran que podemos empezar a restaurar y reparar poblaciones de coral dañadas en zonas donde la producción natural de larvas está en peligro”, agregó.
El investigador se mostró optimista sobre las posibilidades de que este nuevo método, que se había probado con éxito anteriormente en Filipinas en áreas de arrecifes altos degradadas por la pesca con dinamita, ayude a recuperar arrecifes de coral a gran escala.
La Gran Barrera de Coral, la mayor estructura viva de la Tierra, sufre un segundo año consecutivo de blanqueamiento sin precedentes debido al aumento de la temperatura del mar como consecuencia del cambio climático.
El responsable científico de la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral, la agencia gubernamental australiana que gestiona la zona, aseguró que se necesitan este tipo de esfuerzos para contrarrestar el impacto del calentamiento.
“El éxito de estos ensayos es alentador, el próximo reto es transformar esto en una tecnología a mayor escala que haga la diferencia en el arrecife en su conjunto”, afirmó David Wachenfeld.