“Yo no he mentido, no soy corrupto”, ha repetido Kuczynski
El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, comparecerá este jueves ante el Congreso para defenderse de las acusaciones de que mintió sobre sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, pero las posibilidades de que pueda salvarse de ser destituido parecen mínimas.
El mandatario corre el riesgo de ser cesado por “incapacidad moral” y convertirse en el primer presidente en perder su puesto por Odebrecht, que admitió haber pagado decenas de millones de dólares en sobornos en varios países latinoamericanos para lograr importantes contratos de obras públicas.
Los analistas advierten que la economía peruana sufrirá un “impacto fuerte” por la incertidumbre política y la Iglesia Católica ha llamado a evitar que la crisis se profundice.
“La suerte del presidente Kuczynski está echada”, dijo a la AFP el analista político Luis Benavente, quien vaticinó que el mandatario de centroderecha será destituido el mismo jueves.
– ¿Cinco millones de dólares? –
Kuczynski entregará sus descargos desde las 09H00 locales (14H00 GMT) ante un Congreso dominado por la oposición decidido a destituirlo, ocho días después de que el escándalo Odebrecht se cobrara otra prominente víctima, el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, condenado a seis años de prisión por recibir sobornos.
Empresario de 79 años con experiencia y amigos en Wall Street, Kuczynski alega que nunca recibió un pago ilegal de la compañía brasileña, pero tres de cada cinco peruanos estiman que debe dejar el poder, según encuestas.
Después de escuchar los descargos del mandatario, el Congreso unicameral sostendrá un debate antes de votar si lo destituye por haber ocultado que empresas vinculadas a él realizaron asesorías a Odebrecht, por las que les pagó casi cinco millones de dólares.
Para aprobar la vacancia por “incapacidad moral permanente” de Kuczynski, con base en que negó insistentemente sus vínculos con la constructora para luego ser desmentido por la propia empresa, se requieren 87 votos de los 130 escaños del Parlamento.
Los votos parecen asegurados, puesto que el proceso de destitución fue solicitado por 93 legisladores.