Más de 200 personas fueron detenidas y decenas resultaron heridas en una nueva noche de disturbios en varias ciudades de Túnez, alimentados por un creciente descontento social ante las recientes medidas de austeridad del gobierno
Las manifestaciones pacíficas y esporádicas habían empezado la semana pasada contra el alza de los precios y un prespuesto de austeridad que incluye subidas de impuestos y entró en vigor el 1 de enero.
La protesta degeneró en disturbios el lunes por la noche, especialmente en Túnez y Teburba, al oeste de la capital, donde estalló la violencia tras la muerte de un hombre durante una manifestación.
Durante una visita el miércoles a El Battan, cerca de Teburba, el primer ministro tunecino, Yusef Shahed, condenó los actos de “vandalismo” que según él “sirven a los intereses de las redes de corrupción para debilitar el Estado” y acusó en particular el Frente Popular, un partizo de izquierda que se opone al presupuesto.
En la segunda noche de enfrentamientos, el martes, 49 policías resultaron heridos y 206 personas fueron detenidas, informó el miércoles el portavoz del ministerio del Interior, Jlifa Shibani, que acusó a los alborotadores de estar pagados por líderes políticos.
“Hay actos de saqueo y de robo, pero también un mensaje político de una parte de la población que no tiene nada que perder y que se siente ignorada”, siete años después de una Primavera árabe que reclamaba trabajo y dignidad, considera el politólogo Selim Jarrat.
Éste subraya que fueron atacados muchos edificos públicos, símbolos del Estado. Y que el gobierno “por el momento se ha posicionado con bastante firmeza contra los manifestantes”.