El 1 de abril dos periodistas se disputarán la presidencia de Costa Rica. Uno es diputado y pastor, el otro ha sido ministro de estado y representa al partido actualmente en el gobierno
Algunos le han llamado ya la batalla de los Alvarado. La noche del domingo 4 de Febrero Fabricio Alvarado (24.8%) y Carlos Alvarado,(21.7%) terminaron casi empatados y se convirtieron en los dos contendores sobrevivientes del proceso electoral costarricense, que deberá tener su capitulo final en la versión 2018, el próximo 1 de abril.
Fabricio Alvarado del Conservador Partido de Renovación Nacional (PRN) terminó primero tras un sorprendente ascenso de más de 20 puntos en tres semanas, reflejado además en la presencia de este partido en la Asamblea de Diputados. Donde hasta ahora tenían 1 representante (el propio Fabricio), y a partir del 1 de mayo tendrán 14, convirtiéndose en la segunda fuerza parlamentaria.
Fabricio tiene 43 años y es periodista y dejó su profesión para dedicarse al pastorado como ministro de la fe evangélica, desde ahí lideró el hasta ahora discreto PRN, con un discurso centrado en la valoración de la familia convencional, un discurso que mantuvo durante toda la campaña y que con la opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos el pasado 9 de enero, respaldando el matrimonio entre personas del mismo sexo, el electorado lo acogió repentinamente.
Carlos Alvarado de 38 años es un político de corte más convencional, con un discurso muy diplomático y cargado de optimismo, el fue ministro de Trabajo en el gobierno que terminará el próximo 30 de abril, aglutinó a las fuerzas progresistas del país con un mensaje de continuidad del gobierno actual del centrista Partido Acción Ciudadana (PAC).
El electorado en Costa Rica envió un mensaje claro, se fijó en los candidatos más jóvenes de la contienda y menos tradicionales. Esta es por ejemplo la primera vez que los partidos tradicionales del país, Liberación Nacional (socialdemócrata) y Unidad Social Cristiana (centro derecha), quedan fuera de la lucha por el poder desde finales de la década de 1950. Pero también esta elección ha sido histórica por el abstencionismo del 33% el más alto en ese periodo.
El balotaje será el 1 de abril, cuando los cristianos celebran la resurrección de Jesucristo y otros menos centrados en la fe, aprovechan el asueto de Semana Santa, para irse de paseo, por lo que se espera un abstencionismo mayor, aun. EL tema es quien logra aprovechar mejor las circunstancias.