El dirigente opositor venezolano Julio Borges iniciará la próxima semana una gira por América Latina para presionar por garantías de cara a las elecciones presidenciales anticipadas del 22 de abril
“Emprenderemos una gira por Brasil, Chile, Argentina, México, Panamá, entre otros países, para conquistar las condiciones que permitan unas elecciones libres, justas y dentro de la Constitución”, señaló Borges en una carta publicada este miércoles en sus redes sociales.
Su equipo de prensa informó a AFP que aún se coordinan los días que el diputado estará en cada país, donde tiene previsto reunirse con presidentes y cancilleres.
Borges lideró la delegación opositora en un fracasado diálogo con el gobierno del presidente y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, en Santo Domingo.
Las partes no lograron acordar condiciones para las presidenciales adelantadas por la oficialista Asamblea Constituyente que rige el país con poderes absolutos. Tradicionalmente esos comicios se hacen en diciembre.
“El gobierno no acepta una verdadera elección presidencial porque sabe que la perdería”, denunció el político en su carta, recordando que entre las exigencias de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) estaba cambiar al poder electoral, acusado de servir a Maduro.
El exjefe del Parlamento de mayoría opositora negó que tras el fracaso de la negociación tenga previsto pedir asilo, como se especuló en redes sociales.
“No he pedido ni pediré asilo en ningún país. Haré una gira muy importante para buscar apoyo y lograr las condiciones para unas elecciones presidenciales justas”, subrayó.
Las fallidas negociaciones entre el gobierno y la oposición tuvieron lugar entre el 1 de diciembre y el 7 de febrero último, y buscaban salidas a la graves crisis política y socioeconómica del país petrolero.
En medio de una ola de protestas contra Maduro que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio de 2017, Borges fue recibido por el presidente de Francia, Emmanuel Macron; la canciller alemana, Angela Merkel; la primera ministra británica, Theresa May; y el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, quienes le expresaron respaldo.