Costa Rica vota este domingo para escoger a su nuevo presidente, dividido entre dos opciones contrapuestas: el predicador evangélico Fabricio Alvarado, férreo opositor al matrimonio homosexual, y Carlos Alvarado, un exministro del actual gobierno de centroizquierda
Unas 3,3 millones de personas están convocadas a las urnas en la segunda ronda electoral entre dos candidatos jóvenes y periodistas, que también comparten apellido aunque no son familia.
Fabricio Alvarado, un exdiputado de 43 años, es postulado por el conservador Restauración Nacional (RN), una agrupación nacida de las iglesias neopentecostales; y Carlos Alvarado, un exministro de Trabajo de 38 años, es candidato del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC).
“Es la primera vez que se polariza una elección en Costa Rica entre temas religiosos y de derechos humanos”, comentó el analista Gustavo Araya, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Fabricio Alvarado surgió como un candidato viable por su oposición al matrimonio homosexual, luego de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) se pronunciara en enero a favor de las uniones entre personas del mismo sexo en respuesta a una consulta del gobierno costarricense.
Por el contrario, Carlos Alvarado ha defendido esas uniones, se ha pronunciado a favor de un estado laico y por una agenda de derechos humanos.
Una encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos reveló un empate entre los dos aspirantes, con 43% para el aspirante evangélico y 42% para el exministro entre personas decididas a votar.