El Cenidh dijo que intentaban verificar el número de víctimas fatales, pero que la cifra superaba la veintena desde que el miércoles estallaron violentas protestas contra una reforma al sistema de pensiones
Más de 20 personas habrían muerto en Nicaragua en las violentas protestas que hundieron al país en el caos tras el anuncio de una reforma de la seguridad social, mientras las marchas y saqueos seguían sucediendo.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) dijo que intentaban verificar el número de víctimas fatales, pero que la cifra superaba la veintena desde que el miércoles estallaron violentas protestas contra una reforma al sistema de pensiones.
“Nosotros manejamos que los muertos pasan de 20, pero estamos verificando porque hay mucha desinformación. La situación es verdaderamente grave y rebasa nuestras posibilidades de confirmar”, dijo a la AFP la presidenta del Cenidh, Vilma Núñez.
La AFP consultó con la policía y el gobierno para corroborar la información pero no obtuvo respuesta.
El gobierno había informado el viernes de 10 fallecidos, cifra que aumentó el sábado con la muerte de un disparo del periodista Miguel Ángel Gahona en la ciudad caribeña de Bluefields mientras transmitía por Facebook Live un enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas del orden.
En medio del clima crispado, pobladores abarrotaron supermercados y tiendas en busca de víveres, y el domingo se reportaron saqueos en varios establecimientos comerciales.
Las calles de Managua lucían llenas de escombros en puntos donde jóvenes manifestantes bloquearon rutas con piedras o fogatas con llantas y palos.
– Papa llama a calma –
El papa Francisco expresó su consternación por el clima de violencia en Nicaragua y clamó por el cese de la violencia.
“Estoy muy preocupado por todo lo que está pasando estos días en Nicaragua. Expreso mi cercanía con la oración por este amado país y me uno a los obispos para pedir que cese toda violencia, se evite un derramamiento de sangre inútil y que las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente y con sentido de responsabilidad”, dijo tras la oración Regina Coeli, en la plaza de San Pedro del Vaticano el domingo.
El presidente Daniel Ortega llamó el sábado al diálogo con el sector privado para abordar la reforma del sistema de pensiones, que incrementa las contribuciones obreras y patronales para garantizar la estabilidad financiera del Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS), que paga las jubilaciones.
Sin embargo, su mensaje generó repudio entre otros sectores que se sumaron espontáneamente a las protestas por sentirse excluidos, lo que terminó por caldear más los ánimos.
El autodenominado movimiento OcupaINSS, uno de los que inició las protestas, reclamó que el diálogo “debería de incluir las voces de todos los sectores que hemos demandado una discusión amplia e inclusiva (…) sobre la forma en que han venido tomando decisiones autoritarias y sin consulta”.
Igualmente, el gremio empresarial respondió a Ortega que “no puede haber un diálogo” si el gobierno “no cesa de inmediato la represión policial” y respeta la libertad de manifestación y de prensa.
– Malestar –
Entre tanto, las protestas, bloqueos y saqueos se reanudaban el domingo en distintos puntos del país, mientras diversos grupos convocaron a una marcha a la Universidad Politécnica, epicentro de las manifestaciones, para solidarizarse con estudiantes atrincherados en la institución.
Las cámaras empresariales convocaron también a una marcha en la capital la tarde del lunes.
En tanto, soldados armados con fusiles custodian oficinas públicas en Managua, así como en la norteña ciudad de Estelí, brindando “protección a entidades y objetivos estratégicos”, indicó el ejército.
En las ciudades de León y Masaya hubo “quema de vehículos particulares, saqueo y destrucción de edificios públicos” así como robos en centros comerciales, informó el gobierno.
Analistas y la cúpula empresarial coinciden en que las protestas “van más allá del descontento de las reformas del sistema de pensiones”.
“No se había visto esto desde hace años en Nicaragua“, dijo a la AFP Carlos Tünnermann, exembajador de Nicaragua ante la OEA y Estados Unidos.
Que las protestas se hayan dado “en casi todas las ciudades del país, en todas las universidades y que hayan sido reprimidas con violencia por el gobierno, significa que hay un malestar de la población no solo por las reformas, sino por la forma en que se ha conducido el país”, sostuvo Tünnermann.
Según expertos, la población ha soportado en silencio el encarecimiento de la vida por las constantes alzas de los combustibles y de las tarifas de luz, despidos en el sector público y reducción de beneficios sociales a raíz de la caída de la cooperación venezolana.
“El reclamo central de la gente es que ya no quieren este gobierno, hay un rechazo total hacia este gobierno”, coincidió el sociólogo y académico universitario Cirilo Otero en declaraciones a la AFP.
La reforma busca achicar un déficit de más de 76 millones de dólares que enfrenta el INSS por recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI).