Dos siglos después de la llegada de las ratas en barcos a Georgia del Sur, en el Atlántico Sur, los roedores fueron totalmente exterminados, devolviendo la tranquilidad a aves raras propias de la isla británica del Atlántico Sur
Un equipo de científicos británicos y estadounidenses trabajó en la exterminación en el mayor programa de este tipo realizado hasta la fecha, y que costó 10 millones de libras (11 de euros, 14 de dólares), duró 10 años y cubrió más de 1.000 km2.
“Los roedores invasores fueron erradicados con éxito de la isla”, dijo en un comunicado Mike Richardson, director del proyecto.
Las ratas llegaron con los humanos en el siglo XVIII y tuvieron un “efecto devastador” en la población local de aves, añadió el comunicado.
Los roedores amenazaban particularmente a dos especies que sólo se encuentran en la isla, la cachirla de Georgias del Sur (Anthus antarcticus) y el pato piquidorado de Georgias del Sur (Anas georgica georgica), que acabaron confinadas en los escasos rincones de la isla libres de ratas.
La exterminación se logró con veneno y la ayuda de tres perros que monitoreaban la presencia de las ratas.
En esta isla reposa el legendario explorador antártico británico Ernest Shackleton, que murió ahí en 1922, y alberga dos estaciones científicas británicas.