Una fuerte explosión estremeció este martes las zonas devastadas por una potente erupción del volcán de Fuego en Guatemala, que obligó a interrumpir los operativos de rescate por el desastre, el cual deja al menos 73 muertos y miles de evacuados
Siete comunidades fueron evacuadas este martes por el aumento de la actividad volcánica tras lo cual se suspendieron las operaciones de rescate, dijo a periodistas el vocero de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), David de León.
Explicó que, según análisis de expertos, nuevamente podrían registrarse flujos piroclásticos, los cuales están compuestos por ceniza, lodo, agua, palos y rocas que descienden desde la cima del coloso, de 3.763 metros de altura y situado a 35 km al suroeste de la capital.
El aumento de la actividad volcánica provocó pánico en la ciudad de Escuintla, cercana al coloso, donde pobladores abordaron sus automóviles para salir del lugar, provocando un caos en el tráfico de vehículos.
Un fotógrafo de la AFP en el lugar dijo que se escuchó un fuerte estruendo y luego una gran columna de ceniza se elevó al cielo, lo cual obligó a las autoridades a evacuar a todas las personas que se encontraban en esa zona.
Fueron retirados los socorristas, policías y militares que realizaban tareas de rescate de víctimas.
La búsqueda se extenderá varios días, pese a que las autoridades admitieron que será casi imposible hallar sobrevivientes debido a la naturaleza de la erupción, que arrasó varios poblados cercanos con una avalancha de lodo y ceniza ardiente el pasado domingo.
“Vamos a seguir hasta que encontremos a la última víctima, aunque no sabemos cuántas víctimas hay, pero vamos a revisar el área las veces que sea necesario”, dijo a la AFP el director de la Conred, Sergio Cabañas.
Una mujer de 42 años que había perdido las piernas y un brazo tras la erupción, murió en el Hospital General San Juan de Dios de la capital, informaron sus autoridades, mientras que otros cuatro menores quemados serán trasladados a un hospital especializado en Estados Unidos.
En las localidades afectadas por el alud volcánico, las calles están anegadas de ceniza y todo se llena de polvo con el vaivén de vehículos de emergencia. Algunos voluntarios espontáneos se dedican a llevar alimentos y agua a los socorristas.
El Inacif ha indicado que hasta el momento solo 17 personas fallecidas han podido ser identificadas por medio “de huellas dactilares y características físicas”.
Además, se cuentan 46 heridos, 3.271 evacuados y 1.877 albergados en los departamentos de Escuintla (sur) y Sacatepéquez (oeste), que junto al de Chimaltenango (oeste) son los más afectados por la erupción volcánica, según cifras de la Conred.