El detenido expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, aseguró este martes que el caso en su contra por presuntamente espiar a opositores durante su gobierno (2009-2014) fue un montaje de la oposición para inhabilitarlo
“Aquí sencillamente hay una mano negra detrás de mi caso (…) Yo soy inocente, este es un proceso que me han armado políticamente para inhabilitarme”, dijo Martinelli durante una audiencia convocada por la Corte Suprema de Justicia para analizar una petición para que se le conceda prisión domiciliaria.
“Yo he venido a Panamá a enfrentar este caso y no tengo las más remotas intenciones de partir y de ir a ningún lado”, añadió el exmandatario.
Martinelli está acusado de malversar fondos para crear una red de espionaje que alcanzó a 150 personas durante su mandato, incluyendo periodistas y políticos, muchos de ellos críticos con su gestión.
El expresidente fue extraditado a Panamá el pasado día 11 desde Estados Unidos, donde estuvo encarcelado un año en una prisión federal de Miami, donde residía desde 2015.
Llegó a la audiencia con la camiseta de la selección de fútbol de Panamá y camino a la sala mostró de manera airada las esposas con los brazos en alto.
Por su condición de diputado del Parlamento Centroamericano, Martinelli es investigado por la Corte Suprema y no por la justicia ordinaria.
La corte también investiga al expresidente por otra veintena de escándalos de corrupción, y el próximo día 25 deberá decidir si lo envía a juicio por inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad y peculado.
“He venido aquí a recuperar mi reputación y mi nombre”, sostuvo Martinelli, quien culpa al presidente Juan Carlos Varela -exaliado suyo- de llevar a cabo una “vendetta” en su contra.
Las víctimas de los “pinchazos” temen que el expresidente quede impune de las acusaciones en su contra.