La capital haitiana osciló este domingo entre escenas de violencia y signos de retorno a la normalidad, tras dos días de protestas violentas provocadas por el anuncio del alza de los precios de los carburantes, una medida que luego fue suspendida por el gobierno
Diversos cruces de rutas de Puerto Príncipe permanecen bajo el control de grupos de jóvenes que exigen dinero a peatones y automovilistas para permitirles el paso.
Radios locales señalaron a su vez que grupos de civiles armados recorren las calles de algunos barrios del centro de la ciudad.
En el corazón de la capital, en la comuna de Delmas, periodistas de AFP presenciaron el saqueo de comercios, mientras algunos manifestantes exigían la salida del poder del presidente Jovenel Moise. Algunos de los atacantes estaban armados con cuchillos.
Para dispersar las protestas, policías de unidades especializadas en mantener el orden dispararon al aire y usaron gases lacrimógenos.
Según un conteo de la AFP al menos cuatro personas han muerto desde que comenzaron las protestas el viernes en Haití.
Paralelamente a estas escenas de violencia y caos, en sectores de la ciudad se notaba un cierto retorno a la normalidad.
Al término de las misas dominicales, comerciantes de frutas y verduras retomaron sus puestos de venta callejeros y los taxis-motocicletas volvieron a circular, aunque sin lograr captar una clientela numerosa.
En calles en las que la policía desmanteló las barricadas levantadas por los manifestantes se pudo notar el retorno de los automóviles.
Tres aviones provenientes de Estados Unidos aterrizaron este domingo en el aeropuerto Toussaint Louverture. El sábado las compañías aéreas habían suspendido todos sus vuelos.
La incertidumbre en cuanto a la evolución de la situación política sigue siendo de todas maneras la nota dominante, en espera de la huelga general de dos días convocada por la oposición para lunes y martes.
Las embajadas de Francia y Canadá anunciaron el domingo que el lunes permanecerán cerradas.
Las manifestaciones se originaron en Puerto Príncipe luego de que el gobierno anunció un fuerte incremento de las tarifas de los carburantes en cumplimiento de un acuerdo con el FMI suscrito hace cinco meses. La decisión implicaba el aumento de la gasolina en 38%, del diésel en 47% y el del querosén en 51%.
Debido a los hechos de violencia y poco después de que el presidente de la Cámara de Diputados, Gary Bodeau, lanzara un ultimátum al gobierno para que revirtiera su decisión, el primer ministro, Jack Guy Lafontant, suspendió el sábado el alza de precios de los productos petroleros.