En un estudio realizado por la empresa consultora internacional Ey, los países de la región centroamericana- a excepción de Panamá- figuran entre las economías con la peor infraestructura del planeta.
Según el informe, esto se debe a que hay países en la región centroamericana que reflejan una ineficiente e insuficiente inversión, mala planificación y gestión de la infraestructura, baja capacidad de ejecución de proyectos, y la concepción antigua de que el papel de Estado debe encargarse de planificar, ejecutar, administrar y regular la infraestructura de los países.
De igual forma, la consultoría destaca que Panamá está en el puesto 38 del ranking que estudió 137 países, del Índice de Competitividad Global 2017, del Foro Económico Mundial (FEM). Esto se debe a que el país tiene una calidad de infraestructura entre las mejores de América Latina, principalmente porque es de los países de Centroamérica que más recursos invierte en este renglón.
“Muchas veces se nos olvida que la inversión en infraestructura no solo conlleva importantes ahorros en gasto de combustible, contaminación y tiempo de la ciudadanía, sino que también produce un importante efecto en el crecimiento económico a largo plazo. Panamá se ha posicionado como una de las economías más competitivas de Centroamérica, incluso se coloca entre las más importantes de Latinoamérica”, explicó Luis Artavia, Socio Director de Transacciones de EY.
La falta de más alianzas público-privadas
A pesar de esto, el estudio también resalta que la infraestructura puede ser mejor en los países con alianzas público-privadas (APPs).
Una APPs, es un acuerdo a largo plazo entre el sector público y un inversionista privado, para la construcción de obras o la prestación de servicios, en el cual el inversionista privado asume un rol importante en la administración y mitigación de los riesgos del proyecto, y en donde el pago al inversionista está ligado al cumplimiento de predeterminados estándares de servicio.
Para Gustavo Ortiz, Director de infraestructura para EY Centroamérica y República Dominicana, en Panamá desde hace años se discute la necesidad de contar con una Ley de APP en el país, pero no se ha logrado consenso aún.
“A pesar de no contar con una ley de APP, ni una unidad de APP, Panamá ha logrado contar con una de las infraestructuras más competitivas de la región. Indudablemente los recursos que genera el canal, le permiten al país poder invertir fuertemente en proyectos de infraestructura y el país ha tenido el acierto de saber apostar fuertemente por la inversión en infraestructura, impulsando fuertemente su crecimiento económico”, comentó.
Es importante recordar que las APP, no solo proveen recursos del sector privado para el financiamiento de infraestructura, permitiendo al Estado poder usar sus ingresos para financiar otros proyectos que tal vez no podrían ser financiados por el sector privado, sino que también aportan la innovación y eficiencia del sector privado en la planificación, diseño, construcción, operación y mantenimiento de infraestructura.
En los últimos años la participación privada en la inversión de infraestructura en Latinoamérica ha representado un 40%, donde las Asociaciones Público-Privadas cada vez juegan un papel más relevante para la participación del sector privado en el diseño, construcción, financiamiento, operación y mantenimiento de infraestructura.
El avance en la calidad de la infraestructura que presentan países como México, Colombia, Perú, Chile y Brasil, se debe en gran parte a que han podido diseñar modelos exitosos de APPs para la participación privada en el suministro de infraestructura.
¿Cómo lograr una APP exitosa?
Para incentivar el desarrollo de las APP, lo primero es dar a conocer a la ciudadanía y a las instituciones del Estado, las ventajas que traen los APP como mecanismo de suministro de infraestructura. Para que un proyecto de APP sea exitoso, se tiene que estructurar buscando cuatro objetivos principales, todos de igual importancia.
1. Satisfacer las necesidades y expectativas de la ciudadanía: La ciudadanía es por y para quien, se crea una asociación de este tipo. El conocimiento de sus características, necesidades y expectativas, son claves para el éxito del proyecto, pues son los que finalmente deciden la demanda del proyecto, de la cual depende su viabilidad financiera.
2. Solución técnicamente eficiente: se tienen que alcanzar los requerimientos técnicos mínimos que hacen que el proyecto cubra eficientemente las necesidades que el proyecto busca satisfacer. Se tiene que tener siempre en cuenta que la solución a diseñar, debe de estar dentro de un presupuesto que haga que el proyecto sea comercialmente viable.
3. Su viabilidad comercial: los riesgos del proyecto y su rentabilidad, tienen que ser atractivos para que un Inversionista Privado tenga interés en desarrollar el proyecto. La regla es que el riesgo debe de quedar en la parte que puede administrarlo de la mejor manera y al menor costo. El proyecto a desarrollar, más que un proyecto de ingeniería o servicios, es un negocio, y como todo negocio, tiene que ser comercialmente viable para que pueda implementarse exitosamente.
4. Su bancabilidad: las entidades financiadoras tienen que estar de acuerdo con la distribución de riesgos y las condiciones del proyecto a financiar. Es importante siempre recordar que sin financiamiento no existe proyecto, no importa que tan bueno sea técnicamente el proyecto. Dado que un proyecto de infraestructura al momento de buscar su financiamiento no está construido ni operando, el financiamiento se basa en gran parte en los estudios de factibilidad.