Casi 2,4 millones de fieles que realizan la peregrinación a La Meca comenzaron este martes el ritual de la lapidación de Satanás, en el primer día del Eid al Adha, la celebración del sacrificio.
Al grito de “Alá Akbar” (“Dios es el más grande”), los fieles avanzan bajo la mirada de las fuerzas de seguridad para lanzar piedras a la estela que simboliza a Satanás en el valle de Mina, cerca de La Meca (oeste de Arabia Saudita).
A su paso los peregrinos se topan con botellas de plástico vacías y con basura en el suelo, sin que parezca molestarles.
Todos se acuerdan de la estampida de 2015 en Mina que causó alrededor de 2.300 muertos, pero no creen que se repita.
“Estamos bajo la protección de Dios”, clama May Jalifa, una egipcia de 37 años residente en Riad.
“Pese al cansancio, aprecio mi primer hach (gran peregrinación)”, añade mostrando las piedras que lleva en una bolsa.
Una lluvia de piedras cae sobre la estela hacia la que se dirigen los fieles, cuyos movimientos están controlados por policías y agentes de defensa civil, así como por cámaras de vigilancia.