Los rescatistas japoneses aceleraban este viernes la búsqueda de supervivientes entre las personas sepultadas bajo el barro, tras los corrimientos de tierra provocados por un potente sismo en el norte de Japón, cuyo balance provisional aumentó a 20 muertos.
Todo un conjunto de viviendas quedaron destrozadas en la pequeña localidad de Atuma, en la isla de Hokkaido, por el derrumbe de una ladera provocado por el terremoto, de magnitud 6,6 y que dejó unas profundas cicatrices marrones en el paisaje de postal.
Durante toda la noche, los socorristas buscaron supervivientes con ayuda de excavadoras y perros, una tarea dificultada por las réplicas del terremoto.
“Haremos todo lo posible por encontrarlas rápidamente”, añadió.
“Mis familiares están todavía enterrados bajo el barro, no he podido dormir en toda la noche. También ha habido varios temblores, o sea que ha sido una noche movida”, declaró una habitante de la zona a la NHK.
Las imágenes de televisión mostraban calles y carreteras reventadas, muros hundidos y casas inestables tras el seísmo, ocurrido en plena noche en la isla septentrional de Hokkaido, 62 km al sudeste de la capital regional Sapporo.
“No tengo palabras… Vivo aquí desde hace 20 años, no sé qué decir”, confesó un joven en la ciudad.