El supertifón Mangkhut, es el más violento del año entre la veintena de tormentas que suele azotar el norte de Filipinas.
El supertifón Mangkhut, el más violento del año entre la veintena de tormentas que suele azotar el archipiélago, dejó un reguero de viviendas destruidas, árboles y tejados caídos, cortes de electricidad o deslizamientos de terreno.
“Daba la impresión de que era el fin del mundo. Ha sido más fuerte que Lawin”, afirma Saquing, de 64 años, que recuerda aquel otro poderoso tifón que asoló la región en 2016.
La casa de Saquing, sin embargo, resistió al ímpetu del viento provocado por el supertifón.
Al menos cuatro personas han muerto en Filipinas al paso de Mangkhut. Alrededor de cuatro millones de habitantes se encontraron al paso del destructor tifón en el norte de Luzón, una región rural y agrícola de Filipinas.
La magnitud de los daños apareció el sábado a lo largo del día, con el derrumbe de colinas llenas de agua, inundaciones incontrolables descendiendo por las calles y la evacuación de los habitantes de sus casas inundadas.
Las autoridades recién empezaban a evaluar los daños a última hora del sábado. Varios convoyes se dirigían a las zonas rurales golpeadas de Luzón, donde se produce gran parte del arroz y el maíz del país.
– ‘Dos veces más fuerte’ –
El miedo se extendió como reguero de pólvora entre los cerca de cuatro millones de personas que viven en la zona, antes incluso de que el supertifón llegara a tierra.
Miles de personas fueron evacuadas de las zonas donde se habían alertado de graves riesgos de inundaciones y deslizamientos de terreno.
Myrna Parallag y sus dos nietos huyeron de su vivienda un día antes de que Mangkhut golpeara la región.
“Tengo miedo de que las inundaciones sean graves y lleguen a mi casa” dijo el viernes a la AFP esta mujer de 53 años, mientras buscaba un refugio cercano a la localidad de Tuguegarao.
No es la primera vez que la mujer asiste a un tifón de esta magnitud. Parallag sobrevivió a Lawin, también conocido como supertifón Haima, pero en esa ocasión perdió su casa.
“Según las previsiones, el tifón de ahora es dos veces más fuerte” explicó Parallag, que se gana la vida vendiendo comida en las calles.
Ahora, una vez que el tifón Mangkhut empezaba a dejar territorio filipino, el balance de víctimas mortales “puede elevarse”, advirtió Ricardo Jalad, responsable de la oficina de Defensa Civil.