La Corte Suprema de India confirmó el miércoles la legalidad de la base de datos biométricos Aadhaar, la mayor del mundo, defendida por el gobierno, aunque limitó estrictamente el uso de este sistema de identificación, visto por sus detractores como un posible “Big Brother”.
Una gran herramienta de desarrollo, según el gobierno, y un posible sistema de vigilancia, según sus críticos, Aadhaar (“Fundación” en hindi) se ha convertido en uno de los temas más polémicos de estos últimos años en este país.
Creada en 2009 y basada en los datos biométricos de la persona (huellas, iris…), Aadhaar fue concebido como un medio de identificación para los más desfavorecidos. Pero casi una década después, el registro es casi obligatorio para acceder a numerosos servicios, como escuelas, bancos, exámenes o teléfonos celulares.
En una decisión que se esperaba desde hacía años, un panel de cinco jueces de la Corte Suprema estimó que la base de datos es conforme a la Constitución del país.
El tribunal estipuló que el registro en Aadhaar era necesario para acceder a subvenciones o programas sociales del gobierno. Esta aplicación constituía el principio de base del proyecto, lanzado cuando el Partido del Congreso estaba en el gobierno.
La base de datos “da dignidad a las comunidades marginadas (…). Sus beneficios superan los puntos negativos”, declaró el juez de la Corte Suprema A K Sikri durante la lectura del fallo.
La justicia sin embargo prohibió su uso en las empresas, lo que se había convertido en la parte más invasora del sistema en la vida de la población india en los últimos años.
Desde su llegada al poder en 2014, los nacionalistas hindúes de Narendra Modi apoyaronel uso de Aadhaar en múltiples sectores.