El ungido de Trump alcanzó 50 votos a favor, y 48 en la Cámara, en medio de protestas por las acusaciones de abuso sexual que hay en su contra.
El Senado de Estados Unidos confirmó este sábado, 6 de octubre, por una estrecha mayoría, al juez conservador Brett Kavanaugh como nuevo miembro vitalicio del Tribunal Supremo en medio de una descomunal polémica por las acusaciones de abuso sexual que pesan sobre el magistrado.
El nombramiento de Kavanaugh culmina el giro a la derecha de la más alta instancia judicial estadounidense, crucial para la sociedad por sentencias como la del aborto o el matrimonio gay, y deja herido al movimiento Metoo contra el acoso, enfangado por la lucha partidista de esta batalla.
El primero que reaccionó complacido por esta votación, fue el presidente Donald Trump.
I applaud and congratulate the U.S. Senate for confirming our GREAT NOMINEE, Judge Brett Kavanaugh, to the United States Supreme Court. Later today, I will sign his Commission of Appointment, and he will be officially sworn in. Very exciting!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de octubre de 2018
El proceso de confirmación de Kavanaugh, un juez federal de apelaciones de Washington de 53 años, proseguía su curso normal dentro de la batalla política habitual hasta el pasado 13 de septiembre por la noche, cuando la senadora demócrata Dianne Feinstein anunció en un escueto mensaje en Twitter que había trasladado al FBI “información” sobre Kavanaugh procedente de un “individuo” que reclamaba confidencialidad.
A la mañana siguiente, la bomba estalló en la revista The New Yorker: esa información consistía en el relato de una mujer que aseguraba que el aspirante al Supremo la había intentado violar más de tres décadas atrás, cuando ambos eran adolescentes.
La profesora universitaria Christine Blasey Ford, hoy de 51 años, y Kavanaugh, acabaron testificando dos semanas después ante el Comité de Justicia del Senado.
Para entonces, al menos dos mujeres más, Deborah Ramirez y Julie Swetnick, le habían acusado de otros abusos de mayor o menor gravedad. El juez lo desmentía todo con rotundidad. Estados Unidos revivía de repente septiembre de 1991, cuando la Cámara alta escuchó el testimonio de otra mujer, Anita Hill, que señalaba a un entonces candidato al Supremo, Clarence Thomas, de acoso continuado. Thomas es hoy magistrado del Supremo y Kavanaugh tiene el camino despejado para convertirse en otro.
Los republicanos cuentan con 51 de los 100 escaños del Senado. Y aunque una de sus senadoras, Lisa Murkowski, de Alaska, votó en contra; un demócrata, Joe Manchin, de Virginia Occidental, hlo hizo a favor, así que lograron la mitad más uno de los legisladores que deciden. El republicano por Oregón Steve Daines se ausentó para asistir a la boda de su hija y Murkowski retiró su voto negativo para no alterar el resultado.
Si hubiese ocurrido un inesperado empate 50-50 ganaría el pulso igualmente el Partido Republicano, ya que el vicepresidente, Mike Pence, intervendría a favor del conservador. Pero lo estrecho del margen supone una anomalía en el nombramiento de un cargo tan relevante para la sociedad estadounidense, ya que el Supremo ha moldeado históricamente el devenir del país, con decisiones históricas en materia del aborto o los derechos civiles, entre muchas otras.