Según el Fondo, la disputa arancelaria impactará negativamente en ambos países y también en economías emergentes en Asia, y en países que consideró vulnerables, como Turquía, Argentina y Brasil.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró este lunes, 8 de octubre, que “prevé un crecimiento económico mundial menor para 2018 y 2019 lastrado por la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China”.
En su informe “Perspectivas de la economía mundial” (WEO en inglés), el FMI dijo que espera un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) global de 3,7% en estos dos años, lo cual representa una caída de 0,2 puntos porcentuales con respecto a lo estimado en julio.
El FMI, que también mostró preocupación por las crisis cambiarias de algunos países emergentes, revisó significativamente a la baja sus previsiones de crecimiento en países emergentes, y pronosticó una reducción para 2019 del crecimiento de Estados Unidos y China, principales economías del planeta.
Según el Fondo, la disputa arancelaria impactará negativamente en ambos países y también en el resto, en especial en economías emergentes en Asia, así como también en países que consideró vulnerables, como Turquía, Argentina y Brasil.
“En general, el crecimiento económico mundial sigue siendo sólido en comparación con el principio de esta década, pero parece haberse estancado”, señaló el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, al señalar que el crecimiento de 3,7% proyectado es igual al alcanzado en 2017.
Para América Latina, el FMI pronosticó una expansión de 1,2% (-0,4 puntos) en 2018, y 2,2% (-0,2 puntos) en 2019.
En la región, el Fondo destacó la situación en Venezuela, sumida en una severa recesión de 18% en 2018 y 5,5% en 2019, y en Argentina, que brega por superar una crisis monetaria que le supondrá una contracción de 2,6% en 2018 y de 1,6% en 2019.
En Venezuela, sobresale además la previsión de inflación para 2019, de 10.000.000%, tras un 1.350.000% estimado para 2018.
Para la zona euro, el Fondo también degradó las perspectivas de expansión a 2% este año (-0,2 puntos), incluyendo a Alemania (+1,9%, -0,3 puntos) y Francia (+1,6%, -0,2 puntos), cuyas exportaciones están sufriendo la desaceleración económica de China.
También dijo que prevé un debilitamiento de la actividad económica en Irán, por el regreso de las sanciones de Estados Unidos, reimpuestas por Trump tras abandonar el pacto nuclear de 2015, y una aguda desaceleración en Turquía, impactada por el desplome reciente de su moneda.
– El temor al proteccionismo –
El FMI advirtió sobre las crecientes tensiones comerciales como un desafío crucial que debe enfrentar la economía mundial a medida que avanzan políticas proteccionistas.
Washington, que acusa Pekín de prácticas comerciales “desleales”, ha gravado en los últimos meses importaciones chinas por un total de 250.000 millones de dólares, motivando aranceles retaliatorios por 110.000 millones de dólares en bienes estadounidenses.
Estados Unidos amenazó además con sumar tarifas aduaneras sobre otros 267.000 millones de dólares en productos chinos, con lo cual abarcaría el total de las importaciones del gigante asiático.
Sobre Estados Unidos, el FMI destacó el crecimiento “excepcionalmente robusto” de la primera economía mundial en 2018, que estimó en 2,9% (superior al 2,4% del conjunto de los países desarrollados), estimulado por la baja de impuestos del presidente Donald Trump, cuya reforma tributaria es una de las banderas insignes de su mandato.
Pero el crecimiento tanto de Estados Unidos como de China se desacelerará en 2019, con una expansión del PIB de 2,5% y 6,2%, respectivamente, una baja en ambos casos de 0,2 puntos, dijo el Fondo.
Según las últimas proyecciones, el comercio global se expandirá 4,2% este año, 0,6 puntos porcentuales menos de lo esperado en julio y 0,9 puntos más bajo que el pronóstico en abril. Para el próximo año, el comercio crecerá solo un 4%, medio punto menos que el pronóstico anterior.
El FMI ve con preocupación una mayor intensificación de las tensiones comerciales, que podrían incrementar la incertidumbre, erosionar la confianza empresarial y de los mercados financieros, conducir a una mayor volatilidad financiera y, finalmente, frenar la inversión y el comercio, impulsores del crecimiento global.
Por eso, llamó a los gobiernos a centrarse en políticas que puedan compartir más ampliamente los beneficios del crecimiento, ayudar a contrarrestar la creciente desconfianza de las instituciones, y evitar “reacciones proteccionistas”.