El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, llamó la atención este jueves a Guatemala, Honduras y el Salvador sobre sus vínculos comerciales con países como China, durante una conferencia sobre el Triángulo del Norte de Centroamérica en Washington.
Pence recibió en la sede del Departamento de Estado al presidente de Guatemala, Jimmy Morales, al mandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández y al vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz, en la Segunda Conferencia sobre la Prosperidad y la Seguridad en Centroamérica.
“Les digo a cada uno de los países representados aquí, en nombre de mi gobierno, en un momento en que ustedes construyen asociaciones comerciales con otras naciones como China, les pedimos que se concentren y les pedimos transparencia y que piensen en sus, y en nuestros, intereses a largo plazo”, dijo Pence.
La conferencia, centrada en el tema de la migración, también contó con la participación del canciller mexicano, Luis Videgaray, y el secretario de gobernación (interior), Alfonso Navarrete.
“Hoy, en un momento en que China intenta expandir su influencia en la región, la mejor manera de resolver estos problemas, creemos que es el fortalecimiento de los vínculos entre Estados Unidos y el Triángulo del Norte”, dijo Pence.
Esta conferencia tuvo que ser reprogramada después de que en septiembre Estados Unidos retiró sus embajadores en El Salvador, República Dominicana y a su encargada de negocios en Panamá, luego de que estos países restablecieran sus relaciones con China y rompieran con Taiwán.
Taiwán y China mantienen desde hace años un tire y afloje diplomático con países en desarrollo, prometiéndoles apoyo económico y otras ayudas a cambio de reconocimiento diplomático.
La violencia en Centroamérica, especialmente en el llamado Triángulo del Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala), ha empujado a familias enteras, y en muchos casos a niños solos, a huir, emprendiendo un peligroso viaje hacia Estados Unidos.
Después de que el presidente estadounidense Donald Trump lanzó la política de “tolerancia cero” frente a la inmigración clandestina, más de 2.300 menores fueron separados de sus padres, que habían cruzado ilegalmente la frontera estadounidense.
Con respecto a la inmigración, Pence dijo que los líderes centroamericanos debían enviar un mensaje a sus ciudadanos: “Si no pueden venir a Estados Unidos legalmente, no deberían venir”.
Mediante el pacto denominado Alianza para la Prosperidad, Washington otorga ayuda financiera para implementar programas que mejoren las condiciones de seguridad y crear oportunidades de desarrollo para frenar la migración.
Más de 500.000 personas cruzan clandestinamente la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas. La mayoría son centroamericanos que escapan de la violencia y la pobreza de sus países.