La República de Panamá es objeto de uno de los acontecimientos históricos que la ponen en la mira internacional. Esto no es para menos: luego de la reunión de líderes en la Cumbre del G20 en Buenos Aires, Argentina, el Presidente de la República Popular China, por primera vez, pisa suelo istmeño. Pero quién es o por qué es tan importante su visita.
Xi Jinping, quien ejerce el cargo citado en líneas anteriores desde el 14 de marzo de 2013, ostenta, además de la investidura presidencial, las funciones de secretario general del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh). Es, también, el presidente de la Comisión Militar Central del Partido Comunista Chino y preside la Comisión Militar Central de la República Popular China.
Parte de su fortaleza viene de su compromiso forjado en las aldeas cuando aproximadamente a los 15 años, entre 1969 y 1975, laboró como trabajador manual en una comunidad agrícola al norte de la provincia de Shaanxi para luego ingresar a la Universidad Tsinghua en la que obtuvo el grado en ingeniería Química. De igual manera, sus estudios fueron continuos en teoría marxista y en educación ideológica y política, amén de doctorarse en Derecho.
Esa fortaleza adquirida en su juventud le fue favorable para abrirse paso con una tenacidad que le merecieron una amplia escalada dentro del PCCh, pese a los constantes rechazos de ingreso, y para afianzar su presencia dentro del partido, a raíz de su vínculo paternal con Xi Zhongxun, quien fuera vice primer ministro de China, héroe de la Revolución China y quien durante la Revolución Cultural cuestionó algunas decisiones del gobierno que le representó su caída en desgracia.
Igualmente se dedicó entre 1985 y 2002 en la provincia de Fujian, en el sureste de China, y posteriormente en la provincia de Zhejiang en el este del país a labores en diferentes cargos y responsabilidades del Partido Comunista Chino.
Esta cercanía generó una confianza y lazos con las bases populares lo que afianzó esa simpatía y credibilidad en su carrera política. Lo que, además, fue reforzado gracias a la unión marital en 1987 con la popular cantante y general de las fuerzas militares Peng Liyuan. Xi diría que al conocerla bastaron 40 minutos de conversación para saber que ella sería su compañera de toda la vida.
Su manejo, reputación y compromiso con el PCCh le valieron un puesto como uno de los nueve miembros del comité permanente del máximo órgano de gobierno del partido: el Buró Político del PCCh en octubre de 2007, puesto que mantuvo a pesar que el comité fue reducido a siete miembros en 2012. Un año después, en marzo de 2008, fue elegido vicepresidente de China.
Con su ascenso al poder, siendo ya presidente de la República Popular China (RPCh) elegido por el Congreso Nacional del Pueblo el 14 de marzo de 2013, durante el Congreso XIX de 18 de octubre de 2017, precisamente a meses de establecer relaciones con Panamá, Xi Jinping declaró en su discurso que “el socialismo con particularidades chinas entró en una nueva era de desarrollo”.
Este escenario basado en la filosofía de Xin mantiene un modelo económico fundamentado en el robustecimiento de las empresas mientras que conviven o conjuga las diversas formas de propiedad, establecidas junto al sector público. Este pensamiento busca un desarrollo integral basado en principio en planes quinquenales que garanticen un progreso económico, social y cultural.
Dentro de los planes el partido liderado por Xi se proyecta que, para 2020 y 2035, se haya erradicado la pobreza extrema de su país y, para 2050, China habrá evolucionado su economía de alto crecimiento con calidad de desarrollo buscando la consolidación como potencia socialista moderna.
Como líder del Partido Comunista Chino y presidente impulsa su estilo como modelo económico para el mundo. Desde esta perspectiva, las iniciativas para los países en desarrollo consisten mayormente en inversiones en infraestructuras apostando también a una apertura económica.
Su proyecto estrella constituye en la iniciativa de la Franja y la Ruta, pero, además, el desarrollo de sus planes muestra logros como el incremento de la inversión en Latinoamérica, y también los resultados de la aplicación de su modelo han incrementado el salario reduciendo la brecha existente. Estos logros son algunos de los ejemplos que vinculan una política de desarrollo global mediante la emulación de su modelo con características chinas.
Su filosofía ha calado en los cimientos del Partido Comunista Chino que “el pensamiento de Xi” referente al socialismo con características chinas no solo busca espacio para ser estudiado en las aulas universitarias, sino que ha sido incorporado en la Constitución del Partido Comunista, privilegio que solo había sido otorgado a Mao Tse Tung. En otras palabras, la inclusión de su pensamiento ahora forma parte de la ideología del PCCh.
Este pensamiento se centra en el apego a la constitución y a la importancia del “Estado de derecho” apoyado en el poder judicial. Éste desarrolla aspectos políticos como el compromiso de reunificación nacional y la consolidación del liderazgo del partido; aspectos ambientales, al promover un desarrollo sostenible amigable con el medio ambiente; promueve la seguridad nacional, pero desde un enfoque global; el desarrollo a través de una visión integral y profunda que busque la construcción de una sociedad de futuro compartido con toda la humanidad.
Además del transcendental aporte, Xi promueve el “Sueño Chino”, un programa ultranacionalista que busca reafirmar su potencia militar para recuperar el prestigio de China. Además, inició una campaña para perseguir la corrupción, a pesar de la selectividad de la que ha sido acusado por detractores como Bao Tong un activista social y escritor que denuncian que, bajo esa campaña, ha eliminado mayormente a sus competidores políticos.
Pese a ello, el impulso a su política ha generado frutos que le han valido la admiración y el perfeccionamiento de su imagen en la comunidad internacional para unos y el llamado “culto a la personalidad” para otros tal como lo menciona el escritor Murong Xuecun “es el dirigente político del país, el alcalde del pensamiento, el ídolo del pueblo modelo moral como si fuera Dios”.
A lo interno, una reforma del Comité Central del PCCh del 11 de marzo de 2018 aprobada por los 3 mil diputados le permite presentarse de forma indefinida a la reelección debido a que suprimieron el límite de dos mandatos presidenciales, lo que, a juicio del disidente Hu Jia, lleva a un control absoluto comparado a lo que ocurre en Corea del Norte.
Con ello, ya no solo Rusia al mando de Putín, sino también China tendrán la opción de contar con un líder indefinidamente.
Xi Dada (papá Xi) como es conocido popularmente en su país, visita por primera vez la República de Panamá. El mensaje de este acontecimiento encierra un cambio en el rejuego político. Coloca a Panamá en una posición aún más privilegiada debido a la deferencia en el tratamiento dado por el líder chino frente al otorgado a los vecinos.
La visita resalta la importancia y el interés enfocado y concentrado en el Istmo. Y es que una mirada a la celeridad de los estudios del ferrocarril, el incremento de los Acuerdos firmados previamente y los que se firmarán durante la visita remarcan ese mensaje de Panamá como líder en la región cuyo modelo, tanto en la toma de decisiones en política exterior, como en el propio modelo de desarrollo (para lograr objetivos de desarrollo similares) pueden ser emulados.
El proyecto estrella de la Franja y la Ruta, y en general las inversiones chinas en la República guardan un interés conexo con la posición geográfica del Istmo.
Panamá tiene un nuevo reto que demanda una madurez como país. Empieza una era en donde el rol de la nación, de los gobernantes, de la sociedad demandan una responsabilidad y transparencia tanto hacia lo interno como hacia la comunidad internacional.
El accionar de las actividades e interacción repercutirá en nuestra imagen internacional y nos abrirá (o no) las puertas a futuras negociaciones o diferentes calificaciones en las listas internacionales. Panamá es la única responsable del destino a seguir, por tanto, las negociaciones y la toma de decisiones deben manejarse con responsabilidad, transparencia y rendición de cuentas buscando el mayor beneficio para Panamá en una relación dirigida a ganar-ganar.
Excelente opinión, objetiva y prudente.
Comparto que lo que ocurra de estas relaciones dependerá de nosotros los Panameños.
Tenemos que convertirla en una Agenda de Estado que produzca un proceso de emulación en nuestras Relaciones con los otros gigantes.
Nuestra Política Exterior y nuestras Relaciones Internacionales deben producir ese escenario de respeto y seriedad , que genere beneficios a nuestro Pueblo, tal como se avisora con las 19 herramientas que pactamos.
Un buen desarrollo temático. El papel de China es América Latina es vital para el futuro de las economías, sin embargo las presiones del gobierno norteamericano tienden a vulnerar al area.