Una sonda de la NASA se dirige a toda velocidad para sobrevolar el objeto celeste más lejano jamás estudiado, una reliquia helada de los primeros días del sistema solar llamada Ultima Thule, en un viaje que debería culminar el día de Año Nuevo.
La sonda no tripulada llamada New Horizons se dirige a su destino, a unos 6.400 millones de kilómetros de la Tierra, a donde está previsto que llegue para sobrevolar a una distancia de 3.500 kilómetros este objeto espacial a las 5H33 GMT del 1 de enero.
Eso es más de tres veces más cerca que la distancia que esta misma sonda se había acercado a Plutón en 2015.
Pero, ¿cuál es este extraño objeto celestial, que lleva el nombre de una isla lejana de la literatura medieval, y cuyo sobrevuelo tendrá su propio himno, compuesto para la ocasión por el guitarrista de Queen, Brian May?
“Este es realmente el objeto más primitivo que ha encontrado una sonda”, dice Hal Weaver, científico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins. Los científicos no están seguros de su tamaño exacto, pero creen que es aproximadamente 100 veces más pequeño que Plutón, que mide unos 1.500 km de diámetro.
Ultima Thule se encuentra en una zona helada del espacio, lo que sugiere que está bien conservado.
“Es realmente un remanente de la formación del sistema solar”, dice Weaver.