Vehículos con motor eléctrico lentamente ganan espacio en las congestionadas calles de Costa Rica, un país que se precia de ser un paraíso ecológico y que impulsa una incipiente agenda para descarbonizar su economía.
Los 600 autos eléctricos en manos de particulares parecen una gota de agua en una flota vehicular de alrededor de 1,4 millones, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Pero expertos aseguran que la tendencia es a un crecimiento exponencial.
Bernal Muñoz, director de movilidad eléctrica del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), indicó que esos 600 carros son el doble de los que tenía el país en 2017, y para el próximo año habrá muchos más.
“Tenemos estudios que hizo la Universidad de Costa Rica con modelos matemáticos que apuntan a que el ritmo de crecimiento va a seguir. En cinco años podría haber 40.000 vehículos eléctricos”, dijo Muñoz a la AFP.
El ICE hizo un aporte adicional al adquirir una flotilla de 100 coches eléctricos para sustituir igual número de sus autos de combustión.
“El objetivo de este proyecto es demostrar que el vehículo eléctrico se adapta perfectamente a las condiciones topográficas del país, con un terreno quebrado, montañoso” y carreteras sinuosas, agregó Muñoz.
La estatal Correos de Costa Rica también adquirió una flota inicial de 30 motocicletas eléctricas para distribuir correspondencia.
“Nos hemos propuesto el objetivo de propiciar una transición hacia una flota vehicular eléctrica, facilitando los procesos para que las instituciones públicas adquieran vehículos cero emisiones”, comentó la primera dama, Claudia Dobles, sobre las adquisiciones.
Dobles, una arquitecta, está a cargo de los planes gubernamentales de renovación urbana, que incluyen la modernización del transporte.