La desaceleración económica en China, segunda economía mundial, repercute bajo la forma de despido de personal, reducciones salariales, deslocalizaciones de empresas al extranjero o inversores que se retiran.
China registró en 2018 la expansión de su PIB más baja en 28 años, 6,6%. Una desaceleración que se sintió en particular en los últimos meses.
Los esfuerzos del gobierno para reducir la colosal deuda de China pesa en la empresas. En particular las privadas que ya se vieron perjudicadas por la guerra comercial entre Pekín y Washington y que tienen dificultades crecientes para financiarse.
– Game over –
La empresa Beijing Yixin Technology, especializada en los juegos, desarrolló “Farm Take Home”, que permite a los jugadores gestionar una granja virtual: cosecha, crianza de aves o plantación de árboles.
Los juegos para teléfonos son muy utilizados en China, pero la empresa tuvo dificultades para encontrar inversores.
“En diciembre nos faltó financiamiento. Teníamos una inversión prevista, pero el dinero no llegó”, explicó el presidente de la empresa, Cui Yi.
“Encontré otro inversor, pero no confirmó. Ya no vamos a poder aguantar”.
Su empresa no es la única en esa situación. La inversión en China cayó 13% en un año al cuarto trimestre de 2018, según los analistas de Preqin.
El gobierno tiene parte de la culpa. Su desenfrenada lucha contra el endeudamiento y los riesgos financieros desecó el financiamiento de las firmas de inversión, subrayan los actores del sector.
– Guerra comercial –
La guerra comercial entre Pekín y Washington lleva a las empresas a buscar cómo evitar los nuevos aranceles, encontrando una solución en la deslocalización de plantas fuera de China, constató AFP analizando los comunicados de la Bolsa.
Los empresarios también redujeron las horas extra, e incluso pidieron a sus empleados que comenzaran las vacaciones del Año Nuevo chino antes de la fecha oficial del 4 de febrero.
“La guerra comercial impacta en nuestros beneficios (…). Los negocios van mal para la mayoría de las empresas”, explicó Harry Shih, director de Runfine, una fábrica de la provincia de Zhejiang (este) que fabrica rulemanes.
Frente a Washington que impone desde julio un arancel prohibitivo de 25% a varios tipos de rulemanes, Shih dijo que comparte el sobrecosto con sus clientes, la mitad de ellos están en Estados Unidos.
El mes pasado las exportaciones chinas cayeron.
– Caída del consumo –
La desaceleración del crecimiento de los ingresos disponibles y un menor crédito pesan también en el consumo. Las ventas de coches cayeron en 2018, por primera vez en 20 años.
“Los volúmenes cayeron a la mitad”, subraya Wang Jingjing, vendedor de 23 años en un concesionario de Ford en Pekín. Según Wang, un tercio de los vendedores fue despedido o dimitió.
Su sueldo mensual, añade, pasó de unos 10.000 yuanes (unos 1.500 dólares) en 2017 a menos de 5.000 yuanes.
“Voy menos al restorán, compro menos, reduzco en esas cosas”, explicó.
– Menos empleo –
Oficialmente el desempleo se mantuvo estable en diciembre, en 4,9%. Pero las cifras de consultoras independientes muestran una situación diferente.
Las ofertas de empleo en el sector tecnológico cayeron en picada en 2018 en los tercero (51%) y cuarto (20%) trimestres, según la universidad Renmin de Pekín y el principal sitio de búsqueda de empleo en China Zhaopin.com.
La economía china “tiene una presión bajista, y en cierta medida, esta presión repercutirá en el mercado laboral”, concedió Meng Wei, portavoz de la poderosa agencia de planificación china (NDRC).
El dueño de la empresa Yixin, que desarrolla juegos de video, aseguró que desde diciembre no paga a sus empleados, por falta de dinero.
“Ya trabajábamos de 09H00 a 21H00, seis días por semana, sin cobrar horas extra. Ahora ya no tenemos sueldo”, lamenta Li, desarrollador 3D de la empresa.
Algunos empleados dicen que buscaron otro trabajo, pero afirman que las empresas no contratan.
“Irá mejor luego del Año Nuevo chino”, espera Li.