Durante décadas fue un misterio sin resolver aunque la respuesta estaba a “simple vista”
La Tierra completa una vuelta sobre su eje cada veinticuatro horas aproximadamente, mientras que Júpiter gira comparativamente de manera más vigorosa, una vuelta cada 9,8 horas terrestres. Y también está Venus, un girador tan lento que deja perplejos a todos, ya que tarda 243 días terrestres en completar una rotación.
En el caso de Saturno, resulta que la respuesta ondulaba a simple vista, en los brillantes anillos del planeta.
Después de leer pequeñas ondas espirales en esas bandas, esculpidas por las oscilaciones de la gravedad de Saturno, los científicos informaron en enero en Astrophysical Journal que un día saturnino equivale a apenas 10 horas, 33 minutos y 38 segundos, medido en tiempo terrestre.
“Los anillos no solo son bellos, sirven como diagnóstico de qué sucede en el interior del planeta”, dijo Linda Spilker, la científica de proyecto de la misión Cassini de la NASA, que estudió a Saturno durante más de una década.
Saturno ha sido obstinadamente reservado sobre sus días. Sus nubes densas no tienen marcas útiles que los científicos puedan usar para rastrear la rotación del planeta y no pueden usar fácilmente su eje magnético casi vertical —como lo hicieron con la alineación más fuera de balance de Júpiter— para reunir pistas sobre el interior del planeta.
Los científicos durante mucho tiempo dependieron de otras pistas que a la larga resultaron no ser confiables para determinar qué tan rápido gira el planeta con anillos. No fue sino hasta que la sonda espacial Cassini pasó, se volteó y giró a través de Saturno que los científicos se dieron cuenta de que la respuesta estaba afuera del planeta mismo, grabado en sus anillos gélidos.
A medida que Saturno gira, sus vibraciones internas inscriben marcas reveladoras en sus anillos; estudiar esas marcas ahora se conoce con el término “cronosismología”, de Kronos, el nombre griego para Saturno, y seísmo, para temblores y vibraciones.
De la misma manera en la que una campana tañe y crea ondas de presión que sacude nuestros tímpanos, un Saturno giratorio produce oscilaciones gravitacionales que llevan partículas a los anillos como filamentos. Los filamentos forman patrones visibles en espiral dentro de los anillos, lo que revela movimientos profundamente dentro del planeta que pueden ser relacionados con su velocidad de rotación.
Conforme Cassini atravesó el sistema de Saturno, usó luz de las estrellas del fondo, que brillan a través de los anillos, para capturar detalles de las espirales marcadas. Posteriormente, un equipo dirigido por científicos en la Universidad de California, en Santa Cruz, trabajó en reversa con base en las espirales para determinar qué tan rápido rota Saturno. La respuesta exacta en tiempo terrestre es de 10:33:38.
“Es una gran historia, una gran imagen que ver, Saturno prácticamente agitando los anillos”, dijo Spilker, quien no estuvo involucrada en el estudio. “Esta interacción con la gravedad produce estas pequeñas ondas que Cassini puede ver”.
Ella anticipó que la velocidad de rotación sería precisada cuando los científicos comprendan mejor cómo las capas revueltas dentro del planeta afectan esas oscilaciones. Sin embargo, queda claro que un día saturnino no alcanza para largas y deliciosas siestas o la contemplación perezosa de las lunas extraterrestres que brillan en su cielo.