Más de ocho millones de cubanos están convocados a un referendo que el gobierno ha convertido en un plebiscito sobre la vigencia “irrevocable” del socialismo. La jornada transcurre en calma.
Los cubanos votan este domingo una nueva Constitución que reafirma el socialismo como sistema político “irrevocable”, en medio de fuertes amenazas de Estados Unidos y mientras defiende a Venezuela, su aliado más cercano.
“Los cubanos estamos votando por nuestra Constitución, estamos votando por América Latina y el Caribe, estamos votando también por Venezuela, estamos defendiendo a Venezuela, porque en Venezuela se está jugando la dignidad del continente”, dijo el presidente, Miguel Díaz-Canel, tras depositar su voto.
Más de ocho millones de cubanos están convocados a un referendo que el gobierno ha convertido en un plebiscito sobre la vigencia “irrevocable” del socialismo. La jornada transcurre en calma.
En la mira de Washington al igual que su homólogo venezolano Nicolás Maduro, Díaz-Canel agregó que América Latina está “viviendo un momento de amenaza imperial”, y fustigó la presencia de los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay el sábado en la frontera de Colombia con Venezuela.
“¿A quién estaban apoyando esos presidentes?”, se preguntó, y también cuestionó qué hacía allí el senador republicano por Florida, Marco Rubio, acérrimo crítico de la revolución cubana y muy próximo al presidente Donald Trump.
Precisamente, Rubio, que es de origen cubano, tuiteó este domingo que el referendo es “otra maniobra más de la dictadura cubana para aferrarse al poder”, “una farsa y un fraude”. “Te vemos pronto”, dijo a Díaz-Canel el sábado en otro tuit.
Cuba trata de unir a la comunidad internacional contra lo que denomina una “agresión militar de Estados Unidos” a su aliado.
En Miami, Trump advirtió el lunes que “los días del socialismo y el comunismo están contados en Venezuela, y también en Nicaragua y Cuba”, países que su administración señala como “la troika de la tiranía”.
Para el académico Carlos Alzugaray, la agresividad de Trump impulsó la omnipresente campaña #YovotoSí del gobierno.
“El discurso de Trump fue una buena propaganda para el sí (…). Hay mucha gente (…) que va a votar sí porque quiere defender la independencia frente a la amenaza norteamericana”, explicó Alzugaray a la AFP.
La nueva Constitución, que reemplazaría a la de 1976, reconoce el mercado y la inversión privada y extranjera como actores en la reforma de su economía de corte soviético y con muchas carencias, pero siempre bajo la guía del único y gobernante Partido Comunista.
De cara al referendo, la oposición ilegal que apela generalmente a la abstención o a anular las boletas, esta vez convocó al “no”.
“Es obvio que ese no rotundo va más allá del no a una Constitución, es un no a un régimen que busca perpetuarse en el poder”, declaró a la AFP el opositor José Daniel Ferrer.
Votar contra el texto es además “la única oportunidad que el pueblo ha tenido en años de decirle no”, agregó.
Aunque no se considera disidente, también votó en contra el cubano-estadounidense Manuel René Ramos, de 66 años, que hace siete se repatrió a la isla.
“Lo que no me gusta es que, al decir sí aquí estás diciendo que este país nunca puede ser capitalista, y es importante para la gente tener esta opción”, explicó a la AFP.
En cambio, la arquitecta retirada Julia Pérez (62) considera que la nueva carta magna es la “herramienta que necesita el país para avanzar en los grandes proyectos de inversión extranjera que tiene el país, y en el tema del cuentrapropismo (negocios privados)”. Por eso votó a favor.
En la era de internet, más fácilmente accesible en la isla desde el despliegue en diciembre de la 3G, el sí y el no pulsearon por meses en las redes sociales.
En un país donde el voto es voluntario, el gobierno confía en el triunfo masivo del sí, que requiere el 50%+1 del padrón electoral.
La Constitución de 1976 fue aprobada por el 97,7% de los que votaron, y la reforma constitucional de 2002 para hacer “irrevocable” el socialismo obtuvo el 99,3%.
En el hipotético caso de que gane el no, un escenario político sin precedentes en 60 años de revolución, continuaría vigente la Carta de 1976 y el gobierno tendría que adecuar las normas para dar piso legal a las reformas en curso. Sobre todo a los emprendedores privados (13% de la fuerza laboral del país).
Alzugaray estimó que la nueva Constitución recibirá entre “70 y 80%” de los votos válidos: “La sociedad ha cambiado y ese cambio se va a reflejar en el voto”.
En su primer parte, la Comisión Electoral Nacional informó que dos horas después de iniciada la votación, “había votado el 30,64% del padrón (2,6 millones de cubanos)”.