Al menos 25 migrantes centroamericanos murieron este jueves y otros 32 resultaron heridos al volcarse un camión de carga en el que viajaban por una carretera del sureño estado mexicano de Chiapas, fronterizo con Guatemala, informaron autoridades locales.
El accidente tuvo lugar alrededor de las 18h00 local (0h00 GMT del viernes) a la altura del río Bombona a unos 5 kilómetros de la localidad de Francisco Sarabia y a una hora de distancia de la capital estatal, Tuxtla Gutiérrez.
“El camión de tres toneladas con caja seca se salió de la carretera”, que une los municipios centrales de Ixtapa y Soyaló, detalló la fiscalía estatal de Chiapas en un comunicado.
Entre los fallecidos figura una menor de edad, informó a la AFP el director de emergencias de la Cruz Roja local, Isidro Hernández, quien detalló también que personal policial y militar sigue trabajando en la zona del accidente ante la posibilidad de que hayan más víctimas.
Hernández estimó que en el camión viajaban unas 80 personas, varias de las cuales podrían haber huido al resultar ilesas.
La vía en la que se registró la tragedia no es una ruta habitual para el tránsito de personas migrantes, la mayoría de los cuales ingresan a México de manera ilegal cruzando el río Suchiate, que delinea parte de la frontera con Guatemala.
Según fuentes de la fiscalía, los centroamericanos habrían ingresado a territorio mexicano por la zona conocida como La Mesilla y fueron trasladados luego a la región de Los Altos de Chiapas. Desde ahí habrían proseguido hacia el centro de la entidad para tomar una vía rápida que los lleve al vecino estado de Veracruz (este).
Cada año, cientos de centroamericanos salen de sus países -principalmente Honduras, El Salvador y Guatemala- huyendo de la violencia y la pobreza con el objetivo de llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor.
Muchos de ellos viajan en caravanas como una medida de seguridad ante el largo y peligroso camino, mientras que otros contratan los servicios de traficantes de personas que suelen trasladarlos en camiones en cuyo interior viajan hacinados y en pésimas condiciones de salubridad.
En octubre del año pasado, una caravana que llegó a sumar unos 7.000 migrantes viajó de Honduras hasta Tijuana, vecina de Mexicali.