El sábado anterior, Trump dijo que este plan apuntaba a “cumplir con las reglas, involucrar al sistema judicial y sacar (del) país a las personas que ingresaron ilegalmente”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el sábado la postergación por dos semanas de una ola de detenciones de inmigrantes clandestinos para dar tiempo a que su Partidno y la oposición demócrata encuentren una solución política a este candente problema.
Se esperaba que la redada masiva de hasta 2.000 inmigrantes llegados con sus familias a Estados Unidos y que habían recibido órdenes de deportación o que no asistieron a citas judiciales comenzará el domingo en una decena de ciudades.
“A petición de los demócratas, he postergado el Proceso de Traslado de Inmigración Ilegal dos semanas para ver si demócratas y republicanos pueden reunirse y encontrar una solución” a los problemas de asilo y en la frontera sur, escribió el presidente el sábado. “¡Si no, comienzan las deportaciones!”, advirtió.
No quedó claro de inmediato qué medidas legislativas podrían considerarse en el lapso de dos semanas.
La reforma migratoria es un objetivo largamente buscado por los legisladores de ambos partidos, pero no existe acuerdo sobre sus contenidos.
La presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, había instado a Trump a cancelar las redadas, aludiendo al mismo tipo de razones esgrimidas por el presidente para detener un ataque militar contra Irán en represalia por la destrucción de un avión espía estadounidense no tripulado: se perderían vidas.
“Espero que aplique esta misma consideración para evitar daños colaterales a decenas de miles de niños que están atemorizados por sus acciones”, dijo Pelosi en un comunicado.
Más tarde, tuiteó: “Señor presidente, la postergación es bienvenida. Se necesita tiempo para una reforma migratoria integral. Las familias deben estar unidas”.
– Las principales ciudades niegan ayuda –
Las principales ciudades de Estados Unidos, en las que según se anunciaba tendrían lugar las redadas ahora aplazadas, habían prometido no cooperar con los planes del presidente.
Autoridades y grupos de derechos civiles de esas urbes, desde Nueva York a San Francisco, advirtieron a los extranjeros indocumentados que tienen derechos.
En Texas, un grupo de defensa de inmigrantes y refugiados llamado RAICES emitió un tuit en el que recordó a los inmigrantes que en caso de que su hogar o su lugar de trabajo sea allanado pueden negarse a abrir la puerta, pueden permanecer en silencio, abstenerse de firmar cualquier documento y pedir hablar con un abogado.
“Solo los esfuerzos bipartidistas de buena fe arreglarán el sistema y garantizarán que nuestro país cumpla con sus valores e ideales más altos”, dijo Keisha Lance Bottoms, alcaldesa de Atlanta, una de las ciudades en que tendrían lugar las redadas, según advirtió Trump el lunes.
De acuerdo a fuentes anónimas citadas por medios de prensa estadounidenses, las operaciones iban a tener lugar en hasta 10 ciudades, incluidas Houston, Chicago, Nueva York y Miami.
El sábado anterior, Trump dijo que este plan apuntaba a “cumplir con las reglas, involucrar al sistema judicial y sacar (del) país a las personas que ingresaron ilegalmente”. “Vinieron ilegalmente a nuestro país y las estamos sacando legalmente”, dijo.
Trump ha convertido la lucha contra la inmigración clandestina en una de las marcas de su presidencia.
A principios de este mes, sacudió los mercados mundiales y desafió a sus asesores amenazando con imponer aranceles a todas las importaciones provenientes de México, a menos que el país latinoamericano tomara medidas más enérgicas contra la inmigración clandestina.
Las detenciones de migrantes en la frontera sur alcanzaron las 144.000 en mayo, el número más alto en 13 años.
México evitó las represalias comerciales estadounidenses luego de acordar reforzar la seguridad en su frontera sur e impedir el paso de inmigrantes indocumentados, en su mayoría provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, hacia Estados Unidos.