Vayne Myers, un barista de Starbucks de 26 años que vive en Tampa, Florida, ha sufrido ansiedad desde que era niño. Un compañero de trabajo le sugirió que probara tener un animal como apoyo emocional.
Así que Myers se compró un pato hembra al que nombró Primadonna. El ave, blanca como la nieve, ha aportado grandes beneficios a su estado mental.
“Cuando sentía que yo no importaba en el mundo”, comentó, Primadonna llegaba contoneándose y le recordaba que hay alguien que sí lo ama.
No obstante, el casero de Myers se opuso y exigió pruebas de que Primadonna era necesaria por motivos médicos y no era solo una mascota. Myers le dio una carta de un terapeuta en California al que consulta por videoconferencia, y luego otra nota de un orientador que lo vio en persona (junto con la pata). Pero ninguno de esos documentos satisfizo al casero, quien amenazó con desalojarlo.
Myers contrató un abogado e interpuso una demanda por discriminación de vivienda con el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) usando su nombre legal, Jesse Calfas. Su demanda es una más entre otras mil que ha recibido dicha agencia en todo Estados Unidos en lo que va de este año.
El número de personas que afirma que tiene el derecho a vivir con animales en aras de su salud mental, así como de llevarlos en aviones e ir con ellos a restaurantes y tiendas, ha ido creciendo rápidamente.
En 2011, el Registro Nacional de Animales de Servicio, una empresa con fines de lucro que vende a los dueños certificados y chalecos para los animales que los hace parecer oficiales, tenía 2.400 animales de servicio y apoyo emocional en su registro. Ahora son casi 200.000.
No obstante, la propagación de ese tipo de animales, la gran mayoría de los cuales son perros, también ha causado cierta preocupación entre caseros, personal de aerolíneas y otros negocios que afirman que muchos estadounidenses quizá estén abusando del sistema. Los críticos afirman que los dueños de las mascotas obtienen cartas de terapeutas en línea o certificados falsos para evitar pagar ciertas cuotas o para obtener permiso de llevar a sus criaturas adonde normalmente no se les permitiría ir.
“Hemos visto de todo, desde reptiles hasta insectos”, dijo Amanda Gill, directora de asuntos gubernamentales de la Asociación de Apartamentos de Florida, que representa a los caseros.
“Obviamente quieres ser flexible con las personas que hacen solicitudes legítimas, pero es difícil hacer eso cuando hay tantos casos falsos. Ya todos se están dando cuenta de que es un problema que va en aumento”, dijo.
Más de una veintena de legislaturas estatales ha puesto en vigor leyes nuevas para acabar con los fraudes.
Este año se aprobó una ley en Utah según la cual es un delito menor mentir sobre si una mascota es un animal de apoyo emocional. Esto amplía una ley que ya se había promulgado de acuerdo con la cual es un crimen hacer pasar una mascota como un perro guía cuando no lo es.
Oklahoma acaba de aprobar una ley que aclara que los restaurantes tienen el derecho de no dejar entrar animales de apoyo. El código de Virginia castiga a los sitios web que prometen emitir cartas de verificación para animales de apoyo mediante el pago de una cuota y sin tener una relación terapeuta-paciente con el dueño del animal.
“Un animal de servicio auténtico es un perro altamente entrenado”, dijo la representante del estado de Oklahoma Tammy Townley, que apoya la nueva legislación de su estado. “Cuando llega alguien con un animal de apoyo emocional, dicen: ‘Es mi animal de servicio’. No, solo es un animal al que le compraste un chaleco”.
Los defensores señalan que los animales de terapia están protegidos por la Ley de Vivienda Equitativa, que exige que los caseros hagan “adecuaciones razonables” para la gente con discapacidades, como lugares de estacionamiento que sean accesibles en silla de ruedas. Les preocupa que las nuevas leyes animen a los caseros a prohibirles tener animales de servicio a las personas que en verdad lo necesitan.
Incluso a algunos de los que apoyan las nuevas medidas les cuesta trabajo distinguir una necesidad legítima de un fraude.
“Es muy difícil pintar una línea clara”, dijo Todd Weiler, un senador estatal en Utah que afirmó que un antiguo compañero de la preparatoria tiene un cerdo de apoyo emocional. “Hasta cierto punto, a todos podría beneficiar tener una mascota”, dijo Weiler. “¿Cuándo se trata de una mascota y cuándo de un animal de apoyo?”.
La Ley de Estadounidenses con Discapacidades define a los animales de servicio como perros o caballos pequeños a los que se entrena para que realicen tareas especializadas, como guiar a un invidente o detectar cuando alguien se está convulsionando. Los animales de servicio deben ser recibidos en restaurantes, tiendas y otros lugares públicos, incluso donde no se permite el ingreso a animales.
Los animales de apoyo emocional, que proveen una sensación de bienestar con su presencia, pero que generalmente no tienen ningún entrenamiento especializado, no tienen el mismo estatus bajo la ley de discapacidad. Pero cuando se trata de tener a un animal en un hogar rentado, los inquilinos tienen el derecho de vivir con un animal si este les ayuda a lidiar con la depresión o la ansiedad, según se ha interpretado la ley.
Junto con el incremento de los animales de apoyo emocional, ha aumentado el escepticismo respecto a ellos, sobre todo en los aeropuertos, donde otra ley, la Ley de Acceso a Operadores Aéreos, da a las aerolíneas mucha libertad para tratar a los diferentes tipos de criaturas. Algunas aerolíneas se rehúsan a permitir puercoespines, serpientes y roedores, además de perros, en la cabina de pasajeros en vuelos que duran más de ocho horas. Una serie de incidentes que han recibido mucha publicidad (un perro que supuestamente atacó a un pasajero y una ardilla de apoyo emocional que hizo que todos los pasajeros de un avión tuvieran que desembarcar) ha acrecentado la ansiedad provocada por animales que alivian la ansiedad.
Algunas personas que necesitan tener perros lazarillos se han quejado de que sus animales han sido atacados en aeropuertos o restaurantes por perros de apoyo emocional que carecen de entrenamiento, y que el aumento de perros de apoyo ha provocado que se incremente el escepticismo respecto a los verdaderos perros de servicio.
Después de que su casero amenazó con desalojarlo debido a la pata Primadonna, Myers encontró a Matthew Dietz, director de litigio del Disability Independence Group, un centro de ayuda legal sin fines de lucro en Florida.
Dietz no niega que algunas personas fingen que necesitan un animal cuando en realidad solo lo quieren. Pero eso no le preocupa tanto, dijo, como la situación a la que se enfrenta un veterano sin hogar al que ha estado ayudando últimamente. El veterano por fin había encontrado una casa, dijo, pero ahora le exigen que se deshaga de dos perros que estuvieron viviendo con él durante los años que estuvo en las calles.
“Mi postura básica es que la enfermedad mental es algo duro”, dijo Dietz. “Todo lo que hace sentir mejor a alguien, ¿por qué no permitirlo? Siempre y cuando no lastimes a nadie más, ¿cuál es el problema?”.
Un abogado tras otro rechazó el caso de Myers, pero Dietz lo aceptó de inmediato. Además, con ayuda de HUD, tuvo éxito en las negociaciones con el casero para que Primadonna se quedara.
Si un cliente dice que necesita una pata, entonces necesita una pata, dice Dietz. “¿Por qué alguien mentiría sobre eso?”.