El número de muertes relacionadas con el sida el año pasado cayó a 770.000, un tercio menos que en 2010, anunció este martes la ONU, aunque advirtió que los esfuerzos mundiales para erradicar la enfermedad estaban estancados debido a la reducción de la financiación.
Más de tres de cada cinco seropositivos en el mundo –23,3 millones de 37,9– reciben tratamientos antirretrovirales, una proporción récord, precisó Onusida en su informe anual.
Estos tratamientos, que permiten no transmitir el virus del sida si se toman correctamente, llegan a diez veces más de enfermos que a mediados de los años 2000.
La cifra de muertes del año pasado es algo inferior a la de 2017 (800.000) y un tercio menor que la 2010 (1,2 millones). Y está muy por debajo de la hecatombe registrada en 2004, cuando el virus del sida se cobró la vida de 1,7 millones de personas.
En general, la caída del número de muertes y el mejor acceso a los tratamientos se explican por los avances realizados en el sur y el este de África, el continente más afectado por el sida.
Onusida advirtió sin embargo en su informe que la financiación para eliminar esta enfermedad está reduciéndose.
En 2018, 19.000 millones de dólares se dedicaron a programas de lucha contra el sida, 1.000 millones menos que en 2017 y 7.000 menos que la suma que se considera necesaria para 2020 (26.200).