Ensalada de jamón salida de un tubo. Cubos de cereal de albaricoque. Aderezo de queso chédar termoestabilizado. Estas y otras delicias iban empacadas dentro de la lonchera lunar de Neil Armstrong y Buzz Aldrin cuando el Apolo 11 los lanzó al espacio hace cincuenta años y el ser humano llevó a cabo un alunizaje por primera vez.
Poco apetecible, quizá, pero fue suficiente para que sobrevivieran su excursión de ocho días en el espacio.
La próxima vez que los astronautas den un gran paso para la humanidad en los viajes espaciales, podría ser con una misión a Marte, por lo que la cuestión de la nutrición sería mucho más difícil. Se espera que el viaje redondo tome hasta tres años y los astronautas quizá deban cultivar parte de su propia comida.
Entra en acción el pimiento Española.
Conforme se intensifica la contienda para llegar al planeta rojo —la NASA espera enviar humanos a Marte para la década de 2030, y SpaceX, la empresa de cohetes espaciales privados, se propone lograrlo antes—, los científicos están trabajando en la construcción de un jardín en el espacio. La meta es cultivar alimentos frescos para complementar la comida empacada existente.
La NASA ya ha cosechado una variedad de vegetales verdes comestibles, cultivados sin gravedad terrestre ni luz natural. Pronto, los investigadores planean agregar un cultivo más difícil, pimientos mejorados, en su intento por responder una de las preguntas más apremiantes de una misión a Marte: ¿cómo obtendrán los astronautas comida lo suficientemente nutritiva para sobrevivir años en las profundidades implacables del espacio?
Los científicos creen que, de tener éxito, el proyecto podría abrir la puerta para cultivar plantas comestibles similares en el espacio —como tomates y fresas—, y quizá terminar logrando cultivar alimentos más avanzados, como las papas.
“Este es el cultivo más complejo con el que hemos trabajado hasta la fecha con fines de alimentación”, dijo Matthew W. Romeyn, quien dirige el experimento con pimientos de la NASA.
Los pimientos se están poniendo a prueba en la Tierra, dijo, y podrían enviarse al espacio a partir de principios del próximo año.
Scott Kelly, un astronauta retirado que estableció un récord estadounidense en 2016 cuando regresó tras pasar 340 días en el espacio, dijo que recibía un cargamento de fruta y vegetales frescos cada tantos meses mientras estaba en la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, eso no sería posible en un viaje a Marte.
“No es como si pudieras salir corriendo a la tienda”, dijo. “Para tener una buena nutrición, es útil tener alimentos frescos. También es bueno para el ánimo”.
Cincuenta años de comida espacial
El primer alunizaje tuvo lugar durante la “época del tubo y el cubo” de los alimentos espaciales, cuando un menú típico incluía artículos como cubos de maní, paquetes húmedos de pavo con salsa de carne y brownies que se describían como “bocados de humedad intermedia”.
La bebida Tang también se ha asociado desde hace mucho con los viajes espaciales. Muchas personas incorrectamente creen que la NASA la inventó.
Actualmente hay alrededor de doscientos productos comestibles y bebidas disponibles en la Estación Espacial Internacional, de acuerdo con Stephanie Schierholz, una portavoz de la NASA.
La comida, que se parece mucho a los alimentos para acampar y debe recalentarse o rehidratarse con agua, va desde lo básico, como cereal y huevos, hasta platillos más complejos, como fajitas de pollo, macarrones con queso y tarta de arándanos. “El coctel de camarones es un platillo popular desde hace mucho”, comentó.
Las tortillas también son esenciales, dijo Schierholz, porque la NASA no usa pan en microgravedad para evitar las fastidiosas migajas.
Mientras que los científicos usan la estación espacial como cocina de pruebas para los viajes espaciales a largo plazo, hay otra necesidad que considerar: el agua.
La estación usa un sistema sofisticado de reciclaje de agua, el cual recolecta la humedad, el sudor e incluso la orina, y la convierte en agua potable. (En 2008, un reportero de The New York Times tuvo la valentía de probarla: “¿A qué saben la orina y el sudor destilados? No saben mal, de hecho”).
Schierholz dijo que el sistema tendría que ser más pequeño y funcionar de forma más confiable en una misión a Marte, porque no habría manera de enviar cargamentos de agua desde la Tierra. No obstante, se sostendría la misma filosofía: “El café de ayer es el café de mañana”, comentó.
Lechuga, pimientos y un jardín en el espacio
Sin importar cuántas opciones haya, tener solo alimentos empacados no sería suficiente para alimentar una misión a Marte.
Algunas vitaminas se desintegran con el tiempo, por lo que los astronautas corren el riesgo de tener una mala nutrición, dijo Gioia D. Massa, una científica que trabaja en la producción de cultivos en el espacio para la NASA.
“En realidad no tenemos un sistema alimentario del que podamos decir con toda certeza que será suficiente para toda la duración de una misión a Marte”, comentó. “Sentimos que las plantas son una buena manera de ayudar a resolver ese problema”.
Los científicos han experimentado con el cultivo de plantas a bordo de la Estación Espacial Internacional durante años. Los rusos cultivaron guisantes a principios de la década de los dos mil, por ejemplo. Más recientemente, la NASA cosechó lechuga romana roja, la cual había sido nutrida con luz led púrpura en un jardín vegetal espacial simplemente conocido como Veggie.
Para llevar a cabo una degustación en 2015, los astronautas usaron aceite de oliva extravirgen y vinagre balsámico para aderezar la lechuga. “Es como la arúgula”, dijo Kelly en ese entonces.
Desde entonces, la NASA ha cultivado otro tipo de vegetales de hoja verde, entre ellos el repollo y la mostaza mizuna.
El pimiento Española mejorado, un pimiento duradero nativo de Nuevo México, representa la siguiente frontera.
Los pimientos son, en muchos sentidos, el caso de prueba perfecto: son más difíciles de cultivar que las lechugas. Son una buena fuente de vitamina C. Además, contienen un golpe de sabor picante, algo genial para los astronautas, cuyos sentidos del olfato y del gusto se ven disminuidos en el espacio.
Prepararse para Marte
Si este nuevo plan de jardinería espacial funciona, dicen los científicos, podría ayudar a combatir el “hartazgo del menú” entre los astronautas, que generalmente pierden peso cuando pasan meses en el espacio.
Cuidar un jardín también podría servir de pasatiempo para los miembros de la tripulación durante meses monótonos. “Es como preguntar: ‘¿Por qué a la gente le gustan las flores?’”, dijo Kelly. “Cuando estás viviendo en un entorno que es muy antiséptico o similar al de un laboratorio, o en Marte, te encuentras en un lugar bastante falto de vida con la excepción de tu presencia y la de tus compañeros de tripulación. Tener algo que cultivar tendría un efecto psicológico positivo”.
También podría ayudar a la tripulación a volverse más autónoma, en caso de que algo salga mal.
“Si la siguiente nave de suministros enviada desde la Tierra no aterriza debidamente, ¿puedes hacer lo suficiente con tus propios sistemas ya establecidos?”, preguntó Raymond M. Wheeler, fisiólogo vegetal de la NASA.
¿Entonces cómo sería algún día un menú para Marte?
Es muy pronto para saberlo, pero quizá incluiría una variedad de alimentos empacados, con vegetales frescos como guarnición.
“Podría ser como tener lechuga en tu hamburguesa con queso o un puñado de tomates para acompañar tu burrito de humus”, dijo Massa.
Sarah Mervosh cubre noticias de último minuto desde Nueva York. Antes, fue reportera de investigación en The Dallas Morning News.