LONDRES — El ascenso de un nuevo primer ministro en el Reino Unido ha suscitado temores y esperanzas (dependiendo de la audiencia) de que el país abandone la Unión Europea de manera repentina sin haber implementado un acuerdo comercial ni un pacto político, vamos, ni siquiera con un marco para mayores negociaciones.
El parlamento rechazó en tres ocasiones este año y de manera contundente el acuerdo de salida que Theresa May negoció con Bruselas como primera ministra, debido a lo cual, en última instancia, se vio obligada a dejar su cargo. Johnson calificó ese acuerdo como “inaceptable” el 25 de julio.
Ella había coqueteado con la idea de un brexit “sin acuerdo”, pero esa pudo haber sido simplemente una postura de negociación. Cuando se vio acorralada, aceptó en dos ocasiones retrasar la salida del país de la Unión Europea (UE) —la fecha establecida más recientemente es el 31 de octubre— a fin de permitir que hubiese tiempo para llegar a un acuerdo.
Su sucesor designado, Boris Johnson, insiste en que, si bien está tratando de conseguir sacar adelante un mejor acuerdo, el Reino Unido dejará la UE en esa fecha límite, incluso si eso significa salir sin un acuerdo. Johnson expresó el 25 de julio que la prioridad serán los preparativos para un brexit sin acuerdo.
Hay muchas más preguntas que respuestas disponibles, pero esto es lo que sabemos.
¿Qué significa realmente un brexit sin acuerdo?
Las relaciones entre naciones son cada vez más complejas, con pactos en materia de migración, revisiones aduanales, aranceles y normas de productos, entre muchas otras cosas. Pertenecer a la UE simplifica radicalmente eso: no hay barreras comerciales ni migratorias entre los Estados miembro, no hay diferencias en las normas de los productos y hay pactos comerciales unificados con el resto del mundo.
A falta de ese sistema, May y el bloque negociaron un acuerdo de retirada de casi seiscientas páginas, solo para sortear los dos próximos años, en lo que se puede llegar a acuerdos más permanentes.
Salirse de manera abrupta sin un acuerdo significaría nuevas barreras aduanales y arancelarias, y sometería al Reino Unido a las normas comerciales de la Organización Mundial del Comercio, que muchos economistas afirman que son menos ventajosas y no llenan todos los vacíos pertinentes.
Tendrían que crearse desde cero varias políticas y sistemas mientras se negocian acuerdos a largo plazo con la Unión Europea, Estados Unidos y todos los demás socios comerciales, lo que, a decir de los expertos, tomaría años.
¿Por qué el brexit sin acuerdo es un gran problema?
Una autoridad económica tras otra han denunciado que un brexit repentino, sin acuerdo, haría un daño perdurable y profundo al Reino Unido. Incluso una salida ordenada y cuidadosa como la propuesta por May deprimiría el crecimiento económico en comparación con quedarse en la Unión Europea, sostienen.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco de Inglaterra, el Tesoro Británico y, más recientemente, la Oficina para la Responsabilidad Presupuestal del Reino Unido, entre otras instituciones, han publicado conclusiones similares.
De hecho, desde que los electores aprobaron el brexit hace tres años, la sola posibilidad de que suceda ha dañado a la economía británica, según dicen los economistas y los ejecutivos empresariales, ya que motiva a empresas, a inversionistas y a quienes buscan empleo para irse a otra parte.
Los expertos advierten que salir del bloque sin un plan podría ocasionar afectaciones en los viajes y escasez de alimentos, medicamentos y otros productos.
No obstante, muchos partidarios fervientes de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, entre ellos Johnson, insisten en que dichos temores son exagerados o que sencillamente están mal. Argumentan que estar en libertad de negociar sus propios acuerdos comerciales, establecer sus propias políticas migratorias y dejar de pagar a la UE beneficiará al Reino Unido en el largo plazo. Algunos incluso desdeñan las predicciones de daños a corto plazo.
“Es una absoluta insensatez”, dijo Johnson este mes. “Pronostico con mucha confianza que tendremos un brexit exitoso, que los aviones volarán, que habrá agua potable limpia y que habrá suero de leche para las barras de chocolate Mars”.
¿Qué piensa el parlamento británico?
El parlamento se opone a una salida sin acuerdo. De hecho, esa quizá sea la única declaración clara sobre el brexit que este parlamento ha podido hacer.
El 13 de marzo, la Cámara de los Comunes aceptó una moción para que el Reino Unido no saliera sin un acuerdo el 29 de marzo, que entonces era la fecha límite para la salida de la Unión Europea. Por la oposición vehemente del gobierno, los legisladores la modificaron para oponerse a un brexit sin acuerdo en cualquier momento, sin importar las circunstancias, y luego aprobaron la moción modificada, con 321 votos a favor y 278 en contra.
La moción no era vinculante, pero fue una vergüenza para May, una de tantas de una larga serie relacionada con el brexit. En general, se cree que sin la presión gubernamental la votación habría sido más dispareja.
Entonces, ¿qué puede hacer Johnson?
Johnson quiere llegar a un acuerdo de su propia creación con Bruselas para el 31 de octubre —en específico, uno sin las controvertidas disposiciones respecto a la salvaguarda en la frontera irlandesa incluidas en el acuerdo de May—, pero puede que eso no sea posible. Johnson dijo este jueves que la salvaguarda irlandesa debe ser abolida de un acuerdo si el bloque quiere una salida pactada del Reino Unido.
Los líderes de la Unión Europea han dicho en repetidas ocasiones que no reabrirán las negociaciones y que el acuerdo al que llegaron con May es el único que considerarán.
Incluso si el bloque estuviera alardeando, no queda claro que haya tiempo para redactar un nuevo pacto antes de la fecha límite. El acuerdo que está sobre la mesa fue producto de casi dos años de negociaciones.
Pero si Johnson habla en serio en cuanto al brexit sin un acuerdo, basta con que no haga nada. Como están las cosas, el país saldrá de la Unión Europea el 31 de octubre con acuerdo o sin acuerdo, según la ley británica actual.
¿El parlamento quiere evitarlo?
Posiblemente. El parlamento puede cambiar la ley e instruir al primer ministro que busque otra extensión de la fecha límite.
Hay un debate sobre qué tan vinculante sería esa orden para el primer ministro, pero no comprometería a la Unión Europea a una extensión. Los veintiocho jefes de Estado tendrían que aceptar retrasar la fecha límite, y algunos de ellos ya se mostraron renuentes la última vez.
Se ha hablado mucho sobre la posibilidad de que Johnson pueda prorrogar o suspender al parlamento cuando la fecha límite se acerque para evitar que los legisladores le ordenen solicitar una extensión.
Los primeros ministros suspenden a menudo al parlamento, sencillamente para tomarse uno o dos meses. Hacerlo requiere del consentimiento del liderazgo de la monarquía, algo que en los tiempos modernos siempre se ha otorgado.
No obstante, suspender al parlamento como táctica política e involucrar a la reina Isabel en la controversia sería inusual y controvertido, y podría enojar a algunos compañeros de Johnson del Partido Conservador. El control del poder que ejerce el partido es endeble y tan solo con que unos cuantos de sus legisladores se unieran en una moción de censura, podrían derrocarlo.
El 18 de julio, la Cámara de los Comunes votó, con 315 a favor y 274 en contra, dificultar la prórroga del parlamento. El resultado de la votación, en una medida que todavía necesita aprobación final, exigiría que la cámara se reuniera antes de que termine octubre, momento en que, presumiblemente, los legisladores podrían votar a favor de bloquear un brexit sin acuerdo.