“Las primarias cambiaron la legitimidad. Han sido un plebiscito tremendo”, opinó el analista político Enrique Zuleta Puceiro, quien avizora “una etapa de mucha incertidumbre e inestabilidad”.
A dos meses y medio de las elecciones, Argentina enfrenta el desafío de ahuyentar temores de un default y ganar la confianza de los mercados, inquietos por un posible viraje al populismo de izquierda con la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Kirchner.
“Esto es solamente una muestra de lo que va a pasar” si gana el kirchnerismo, lanzó el presidente liberal Mauricio Macri, candidato a la reelección, luego de que el lunes la moneda perdió casi 20% y la bolsa cayó 38%. “La alternativa kirchnerista no tiene credibilidad en el mundo”, subrayó.
Fernández y Kirchner quedaron como claros favoritos para la elección del 27 de octubre, luego de imponerse en las primarias abiertas del domingo con 47% de los votos. Macri, lastrado por la crisis económica, tan solo consiguió 32%.
Esos resultados se convirtieron en una poderosa señal política que puso en duda la continuidad del proyecto aperturista de Macri, quien lleva adelante un severo ajuste fiscal con un auxilio por 56.000 millones de dólares de parte del Fondo Monetario Internacional.
“Las primarias cambiaron la legitimidad. Han sido un plebiscito tremendo”, opinó el analista político Enrique Zuleta Puceiro, quien avizora “una etapa de mucha incertidumbre e inestabilidad”.
– Deuda –
Argentina se encuentra en recesión desde 2018 y la fragilidad de su economía no solo amenaza al actual gobierno de Macri sino también al que le siga.
Además, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015), de los que Fernández fue jefe de gabinete, tuvieron relaciones hostiles con los mercados y el FMI, lo que a juicio de analistas alimenta el temor a un default.
Pero Fernández, considerado un moderado al interior del kirchnerismo, ha sido tajante en descartar esa posibilidad.
“No voy a declarar la cesación de pagos. Yo no quiero caer en default, de ningún modo, es muy costoso salir del default”, enfatizó el candidato justo cuando el riesgo país que mide JP Morgan escalaba 68%, a 1.467 puntos.
Hasta ahora, el FMI se ha abstenido de comentar los resultados electorales.
“La hora de la verdad podría ser el 15 de septiembre cuando el FMI debería desembolsar el próximo tramo del préstamo. El Fondo podría solicitar una reestructuración como condición para ello”, consideró la firma de análisis Capital Economics.
Los vencimientos del préstamo del FMI, el mayor que haya otorgado el organismo en su historia, están previstos a partir de 2021. Capital Economics calcula que la ratio entre la deuda pública y el PIB se encamina al 100%.
“Cerca de 80% de la deuda de Argentina está nominada en moneda extranjera. Por tanto, una depreciación aguda afecta negativamente la capacidad de pago”, destacó Alejo Czerwonko, de la UBS Global Wealth Management.
En este contexto, Zuleta Puceiro opinó que un eventual gobierno de Fernández “estará muy a la defensiva, porque tendrá muchas dificultades”, especialmente con los pagos de deuda y con la expectativa de la población de que mejoren las condiciones de pobreza (32%) y desempleo (10,1%).
– ¿Pacto de gobernabilidad? –
El riesgo de que en las próximas semanas Argentina entre en una espiral inflacionaria aún más aguda -acumula 22% en el primer semestre- o de que se desate la conflictividad social ya han sido asomados por analistas y líderes políticos. Incluso se ha puesto en duda que Macri pueda completar su periodo.
“Macri quedó frente a su hora más delicada: tiene que elegir un curso de acción para terminar medianamente en orden su mandato, y más todavía, asegurar que se cumpla efectivamente su objetivo primario cuando asumió, terminarlo en plazo, y entregar el poder el 10 de diciembre”, destacó el politólogo Marcos Novaro.
Según este analista, el presidente está ante la disyuntiva de actuar como candidato o como gobernante. “Tendrá que tomar decisiones difíciles y privilegiar uno de los dos roles. Es muy probable que si se ocupa solo o mayormente de competir, la gobernabilidad tienda bien pronto a evaporarse”, dijo.
Macri aseguró que está comprometido en “garantizar la institucionalidad y la convivencia”, pero a la vez sostuvo que “yo no manejo los mercados” y pidió al kirchnerismo “que se haga cargo y revierta esta situación”.
La posibilidad de un entendimiento con Fernández para lograr acuerdos que garanticen la estabilidad política parece descartada.
“Fernández no haría un acuerdo de gobernabilidad a menos que Macri renuncie a la candidatura. Lo más que puede hacer es ser neutral, no empujarlo. Pero en campaña electoral no lo va a ayudar”, consideró el consultor Raúl Aragón.